R.S.
DONOSTIA

Otegi anima a activar el país «en bici estática» de Urkullu

Tras haber lanzado esta tesis en GARA Forum, Arnaldo Otegi insistió ayer en que «cuando el independentismo pierde pulso, este país no tiene pulso, va al ritmo que marca la actual dirección del PNV. Con Ibarretxe iba en bicicleta y ahora con Urkullu también va en bicicleta, pero estática, y porque no hay marcha atrás...» Reiteró la necesidad de «ponerse ante el espejo» y levantar un proceso independentista que sí permita hacer un país diferente y mejor.

Cada intervención pública de Otegi desde que salió de prisión se está convirtiendo en un manantial de nuevas ideas, expresadas a menudo con metáforas fáciles de entender para cualquiera. Es el caso de la que utilizó ayer en Euskadi Irratia, donde dijo que si cuando Juan José Ibarretxe era lehendakari este país «iba en bicicleta», ahora «con [Iñigo] Urkullu también va en bicicleta, pero en bicicleta estática. No nos movemos. Y porque esa bicicleta no tiene marcha atrás, porque entonces iríamos marcha atrás».

Este diagnóstico no conlleva tanto una acusación a Urkullu como un reconocimiento de los errores y carencias propios. Como apuntó ya el sábado ante más de 1.500 personas en el Kursaal, asume que el problema de origen está en que «el independentismo ha perdido el pulso» y cuando eso pasa Euskal Herria pierde empuje y «va al ritmo que marca la actual dirección del PNV».

Lamentó Otegi en la entrevista que ve al país «colonizado en términos informativos, culturales y en la actividad política». Tras salir de prisión, ha percibido más de cerca que «estamos todos los días mirando a Madrid, a ver qué va a hacer Podemos, qué va a hacer el PSOE...» Y en este punto reitera que «no podemos esperar nada de Madrid», porque hay experiencia histórica suficiente para ello.

Interpelado más directamente sobre las responsabilidades de este parón, Otegi aclaró que no echa balones fuera. «Es nuestra», afirmó, dado que «durante los últimos años no se ha izado la bandera del independentismo». Dicho esto, añadió que hay que ser conscientes de que por un lado hay que construir un «proyecto independentista renovado y atractivo para la gente», lo que solo se puede hacer «desde abajo», y que por otro lado el camino a la independencia «no va a ser fácil» porque estará marcado por la represión.

Independencia, la oportunidad

Eso no quiere decir que el secretario general de Sortu apueste por esperar. Cree que hay ir dando pasos: «¿Con quiénes? Con el pueblo, con quienes quieran venir». Otegi considera que es posible sumar fuerzas con otras formaciones políticas, pero siempre que concreten sus hojas de ruta y objetivos, en la actualidad indefinidos. A Podemos le preguntó «cuál es su proyecto para este país: ¿Federalismo? ¿Confederalismo? ¿Autonomía?». En cuanto al PNV y Urkullu, ve una desventaja de posición: «Nosotros tenemos muy claro lo que queremos: la independencia, un Estado. Pero no sé si Urkullu es capaz de decir cuál es verdaderamente el proyecto político del PNV».

Aceptando que la independencia es un objetivo difícil y supondrá un camino duro, reiteró que mayor problema que ese es «el actual coste de la dependencia, de que nuestra economía esté ligada a la del Estado español, de que nuestra lengua esté bajo el mando de dos grandes estados... La independencia tiene un coste en el camino, pero luego te da una tremenda oportunidad de construir otro tipo de país».

Diferenció también la posición de EH Bildu y PNV en cuanto que «algunos quieren estar en el Gobierno y les da igual cuál sea la alianza, lo importante es el objetivo. Frente a eso, yo no quiero estar en el Gobierno a toda costa, yo quiero gobernar, gobernar para poner en marcha una hoja de ruta concreta en el ámbito social y nacional».

En la entrevista, Otegi abordó otras cuestiones que le han sorprendido tras volver a la calle, como la distorsión de la realidad que se deriva del mal uso de las redes sociales. Ironizó, como ejemplo, con que «no creía que hubiese tanto comunista en nuestro país...» También restó importancia a las disensiones en la izquierda abertzale, que no cree que pasen a mayores.