La planta de Zumarraga ya ha dejado de fabricar productos siderúrgicos, pero la plantilla no ha cesado en su actividad reivindicativa, tanto en las calles como en los despachos y en las instituciones. Ayer, los trabajadores se concentraron una vez más a las puertas de esta planta, en esta ocasión acompañados de integrantes de los comités de empresa de todas las factorías que Arcelor Mittal posee en el Estado español.

Además de los comités de las plantas de Gipuzkoa, Nafarroa y Bizkaia, estuvieron los de Asturias, Aragón y Valencia. En total, representaban a cerca de 10.000 trabajadores.

Tras la protesta, que se desarrolló de una a dos de la tarde, se reunieron en la casa-torre Legazpi, donde acordaron elaborar un calendario de movilizaciones, del que en próximos días concretarán lugares y fechas, tal como explicó el presidente del comité de Zumarraga, Leo Bote.

«Es preocupante el grado de destrucción de puestos de trabajo que desde hace tiempo la multinacional está llevando a cabo sin preocuparle en absoluto la repercusión que tiene a nivel social en cada una de las poblaciones y comarcas en las que se sufren sus decisiones», afirmaron en el comunicado conjunto que hicieron público.

«El futuro de los pueblos depende del futuro de su industria, y las decisiones y hechos de Arcelor Mittal discurren en dirección contraria», advirtieron.