Jon ORMAZABAL
Pelota

Dos tipos de cocción para el bocado más suculento

Urrutikoetxea representa al campeón madurado a fuego lento, mientras que Irribarria quiere culminar su meteórica irrupción proclamándose en el campeón más joven del campeonato Manomanista.

Ahora que las técnicas culinarias ocupan buena parte de las conversaciones y todo el mundo es un chef en potencia, la final de esta tarde en el Bizkaia –segundo partido del festival que arranca a las 17.00 horas– representa una lucha entre la cocción pausada y a fuego lento del campeón Mikel Urrutikoetxea y la revolución ultra-rápida de Iker Irribarria, que ha causado un impacto desconocido desde la irrupción de Martínez de Irujo en su primer Manomanista.

Suceda lo que suceda, el Bizkaia de Bilbo, en el que no se podrá introducir alcohol, ni donde se podrá colgar ninguna pancarta «para asegurar la buena visibilidad», escribirá esta tarde un pequeño capítulo de la historia de nuestro deporte, ya que si el título cae del lado del de Asegarce será su cuarta txapela consecutiva en tres modalidades diferentes, algo que nadie ha hecho hasta ahora, mientras que en caso de que el que llegue a 22 sea el de Arama, lo hará siendo el más joven en conseguirlo, con solo 19 años, sucediendo en este apartado a Rubén Beloki, que lo hizo con 20.

Pronóstico incierto

Y lo mejor de todo es que, independientemente de los gustos de unos y de otros, la final se presenta muy atractiva y, sobre todo, igualada.

Al contrario que en los últimos años, el dinero saldrá a la par, dicen que quizá con cierta tendencia azul, pero mínima, y eso es algo que hacía tiempo no sucedía, para regocijo de los corredores, que han notado un aumento en el dinero jugado.

Sin un pelotari de Nafarroa por primera vez desde 1977 y sin Aimar Olaizola ni Martínez de Irujo, algo que desde 2003 solo ha ocurrido en 2008 con Barriola y Bengoetxea, la final de hoy también representa una especie de cambio generacional, aunque se siga teniendo que tener a los dos astros muy en cuenta para todos los campeonatos.

Casi todos los expertos coinciden en que una de las claves más importantes estará en el comportamiento del joven de Arama, de solo 19 años, en su primera final. Si es capaz de pegar como ante Olaizola II y Bengoetxea VI –el Bizkaia además parece ofrecerle, en ese sentido, ventajas, por la altura–, el campeón lo pasará mal.

Ahora bien, si hay algún pelotari de aguantar cualquier embestida y salir indemne, ese es Mikel Urrutikoetxea. Los ingredientes parecen de primera calidad y solo toca esperar a que el bocado resulte suculento.