Raimundo Fitero
DE REOJO

Alcachofas

La emoción que le causan las alcachofas a Rajoy forma parte del método depurativo que un candidato encharcado en corrupción puede usar para aparecer como un ciudadano común, andarín y enamorado de la menestra de verduras tudelana. Que las emociones provocadas por las alcachofas se encaramen un día de campaña a lo más visto empieza a marcar la memoria de un proceso electoral que además de ser histórico en el sentido de repetido, pasará a los almanaques de las redes sociales como el más inane, el que menos ilusiones despierta, el más cutre, con cuatro candidatos que parecen tener un empacho o de alcachofas o de pisto manchego. ¿Han probado alguna vez alcachofas al vapor con uasabi? ¿Y han visto alguna entrega de “Libros con uasabi”? El programa de libros dirigido y presentado por Fernando Sánchez Dragó se despidió de la parrilla de La 2. Y lo hizo con una entrega que cuesta asimilar. Este espacio contaba con tres colaboradoras y una de ellas era su propia hija. En esta despedida con petición de prórroga incluida se dedicaron todos sus minutos a hablar del libro del propio presentador: “Gárgoris y Habidis, una historia mágica de España”. Y claro las tres colaboradoras lo que hicieron fue alabanzas sin justificación la libro, lecturas tan exuberantes que deberían poner colorado al propio autor. No recuerdo el motivo o excusa para hablar de este libro. Quizás alguna conmemoración. Este espacio no ha dejado rastros, ha sido demasiado personalista y cerrado.

Uno de los entremeses informativos que nos han entretenido es la detención por un supuesto tráfico de armas a Alejandro Cao de Benós, un tarraconense que se presenta como embajador de mentirijillas de Corea del Norte y habla del régimen coreano con una frivolidad supina. Sería un excelente tertuliano.