Mikel INSAUSTI
THE PROGRAM

La cara sucia del ciclismo profesional

Aocho días del comienzo del Tour se estrena “The Program”, una película que va a resultar dolorosa para los aficionados al ciclismo, porque no está hecha para ellos, sino más bien para un público interesado en temas de corrupción. La prueba más fehaciente del enfoque escogido la tenemos en que al veterano Stephen Frears no le gusta este deporte, ya que el interés en las islas británicas por las carreras ha experimentado su mayor incremento en los últimos años con los triunfos del equipo Sky. Se les adelantaron en el mundo anglosajón los estadounidenses, que no trajeron nada bueno en líneas generales a la competición, debido sobre todo a la pésima influencia ejercida por una figura tan mediática como Lance Armstrong. Ahora bien, tampoco tiene sentido ni aporta nada positivo hacer leña del árbol caído, cargando las tintas única y exclusivamente contra él, cuando el problema del dopaje es integral y contamina a todo el deporte profesional, e incluso al amateur.

“The Program” no descubre nada nuevo sobre el caso del corredor de Motorola y U.S. Postal, centrándose en la investigación periodística del reportero irlandés David Walsh, que siempre sospechó de los increíbles triunfos de un hombre que había salido de un cáncer. El tiempo le dio la razón, desmontando un falso mito hecho a fuerza de puro marketing.

Frears comete el error de no filmar el Tour, recurriendo a imágenes solitarias y a otras de archivo o televisión. Pero es que este hombre había ganado con trampas nada menos que siete ediciones, y solo se nos ofrecen recreaciones de las ruedas de prensa, o del lado turbio dentro de los camiones donde se efectúan las transfusiones de sangre. Al respecto resultaba más completo el documental de Alex Gibney “La mentira de Lance Armstrong” (2015), aunque Ben Foster sí se parece a Armstrong.