Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
ÁLVARO ASTIZ
PRODUCCIÓN, GUITARRA Y TECLADOS DE BRIGADA IMPRODUCTIVA

«Nos gusta hacer las cosas difíciles y complicarnos demasiado, va en nuestro ADN»

Una maqueta, dos discos y mucho tiempo invertido es la línea del tiempo de Brigada Improductiva. Sexteto de ska-pop-rock con sonidos festivos, pero con detalles que les singularizan frente a lo común del estilo. «Gato por liebre» es su segundo álbum, un trabajo de claro carácter evolutivo sin perderse entre la selva de posibles estilos. La amalgama es coherente, fértil y directa.

Brigada Improductiva lanzaba ayer al espacio de internet el clip de la canción “Trileros”, de su reciente álbum “Gato por liebre” (Mauka Musikagintza). «La canción habla del mamoneo que se traen los políticos... y hemos elegido el día de la jornada de reflexión para publicarlo». “Trileros” se incrusta, quizá con ritmo más acelerado, en el contexto musical de la banda: ska apoyados en vientos con melodías muy pegadizas y textos sociales donde la hipocresía queda retratada en muchas de sus canciones. Brigada Improductiva seduce partiendo de la calidad de las composiciones. La segunda parte es lucirlas, donde el grupo se muestra inspirado, “Simple-mente indiferente” es uno de sus grandes momentos, un cruce de pop y rock de excelente nivel. Otra cima, ahora con ska en la mezcla se titula “Como animales”, muy meritoria y con un estribillo inapelable. En la festiva y pegadiza “Zuzenean” colabora Xabier Solano. Entre el ska y el reggae camina “Ojos de topo”, otro corte destacable. En general trece canciones donde la luz y el sobrio tono medio predomina, convirtiendo el disco en una de las propuestas más sólidas y entretenidas de la amplia oferta de su estilo. Brigada Improductiva despiden disco con “Víctima” (Barricada), canción a la que le dan una sugerente vuelta.

Brigada Improductiva nace hace 10 años en Iruñea de la mano de Javi (voz y acordeón), Héctor (batería), Dani (violín) y Álvaro (guitarra). Alumnos del mismo colegio que comparten gustos. Se inician realizando versiones y peleándose con sus carencias, hoy solventadas. «Solíamos versionar bandas como Skalariak, Ska-P, Celtas Cortos, Mago de Öz o Maná». Su interés por el ska les lleva a añadir al grupo a Íñigo (trompeta) y Mikel (trombón), amigos de la escuela de música. Tampoco tardó mucho en llegar Héctor Tuella, actual bajista de la banda.

En 2011 graban “¡¡Manos arriba!!”, bajo la producción de Iker Piedrafita, disco más rockero que su maqueta de 2010, pero con ska y folk (acordeón y violín). A finales de la gira “¡¡Manos Arriba!!”, tres miembros se ven obligados a dejar el grupo por motivos laborales (trombón, trompeta y violín), continúan con Mario (trombón) y Asier (trompeta), sustituido recientemente por Garai. En enero de este año graban en Sonido XXI “Gato por liebre” bajo la dirección del veterano Javi San Martín y tras un año intenso de preparación, que queda bien reflejado en cada una de las canciones incluidas.

Brigada Improductiva estará el 7 de julio en San Fermin. El 8 en Oñati, el 22 en Caparroso, el 12 de agosto en Legaria, el 13 en Ainhoa, el 19 en Amaiur, el 20 en Itsasu y en Caserres, y entre otras fechas, el 26.

Un año de meticulosa preparación del disco y cambios de sonido.

Sabíamos que se trataba de un proyecto ambicioso. Nos gusta hacer las cosas difíciles y complicarnos demasiado, va en nuestro ADN. Sí, ha sido más de un año dedicado a la composición, producción y grabación. Tenemos la mala (o buena) costumbre de trabajar a fuego lento, y esto hace que te comas la cabeza por el más insignificante arreglo de guitarra o teclado que seguramente pasará desapercibido para el 99 %. Sin embargo, pese a las noches interminables decidiendo melodías y letras, las frustraciones porque ves que no vas a llegar a tiempo, y los sofocos de última hora, hay que reconocer que te llevas una gran experiencia y más conocimientos adquiridos.

Es curiosa la introducción del disco, un ska mezclado con música propia de una película de Ennio Morricone.

Teníamos ganas de arrancar con una canción instrumental que, además, sirve de inicio de concierto. Supuso varias semanas de composición ya que cada parte se mimó al detalle. Se trata de un tema que homenajea a distintas épocas y estilos, como el rock de finales de los 50 con el riff de guitarra-bajo inicial, la música de Morricone, el rock de los 80 o el swing propio de una Big Band. Todo ello ligado entre sí por una secuencia armónica que intenta unificar esta amalgama de sonidos para el oyente.

Serán conscientes de la fuerte competencia que existe dentro del estilo en el que se mueven. La pelea por las fechas de fiestas.

Sí, somos plenamente conscientes de que en 2016 es complicado moverse en casi cualquier estilo si no tienes un nombre importante o un padrino que te acoja. El panorama musical ha cambiado mucho en los últimos años. Ya no es como antes, donde la música tenía un peso importantísimo a nivel cultural. No tienes más que repasar la historia de la música desde “la movida” para darte cuenta de que algo ha cambiado en la última década y media. No sé si serán las modas latinas que empezaron a pegar tan fuerte en el inicio de siglo o los triunfitos que adulteraron el pop. Hoy solo prima lo rentable y lo que se vende rápido, la fast music. Aunque quizá también cabe interpretar que yo sea un inocente que no me doy cuenta de que los gustos musicales han cambiado (o nos los han hecho cambiar)… Todo esto deriva en que los espacios donde nos podamos mover con una banda de ska-rock sean limitados. La oferta es cada vez menor y cuesta mucho esfuerzo y dedicación hacerse un hueco importante.

¿Han evolucionado por convicción, por reflexiones, sin percibirlo por naturalidad, quizá por nuevas influencias?

Ha habido una maduración. Quizá ahora estemos más cómodos con lo que hacemos. Algo que valoro positivamente es que no haya nadie en el grupo con las ideas inamovibles desde el principio. Al fin y al cabo, es un proyecto que ha ido creciendo con nosotros y nosotros le hemos ido dando forma. Las influencias parten del rock radical vasco tamizado por bandas más modernas que han sabido rehacer este movimiento. El ska y el rock siempre han ido de la mano y es algo que nos entusiasma. No obstante, se encontrará en nuestra música influencias de ska británico de los 70, grunge, reggae, pop… Respecto a este disco, la diferencia la ha marcado la producción musical, que ha sido uno de los pilares fundamentales de la evolución necesaria que queríamos experimentar. Se han cuidado muchísimo las bases, los coros, las estructuras de las canciones… Esto es algo que ya se venía haciendo en los discos anteriores, pero no de forma tan consciente y premeditada.

«Simple-mente indiferente» es una de las mejores canciones del disco y con las teclas en una función muy ajena al territorio jamaicano. ¿Cómo se asimilan estos quiebros al estilo?

Tenía ganas de acercarme al territorio de los sintetizadores desde hacía tiempo. El rock progresivo siempre me ha atraído, aunque esto solo sea asomarse a la puntita. Creo que le dan un toque de artificialidad que algunas canciones necesitan. Además, es volver a romper la linealidad que el oyente se espera, es decir, un elemento sorpresa. Al igual que con otros estilos que tocamos y se desmarcan de la onda ska-rock, intentamos ser muy cuidadosos a la hora de introducirlos para que no sean un pegote más.

Dicen: «Es el riesgo y precio a pagar por pasártelo bien; y, además, puede que mañana te haga reflexionar. No hay liebre y la curiosidad mató al gato… Pero murió sabiendo»

Héctor Tuella: ‘Pero murió sabiendo’ es un añadido popular, con retranca, al tradicional adagio sobre las consecuencias de la curiosidad. Estas expresiones son nuestras en la medida en que no son de nadie. Nos constituyen al no tener más dueño que uno colectivo. Las referencias a la diversión y la reflexión, entrelazadas, tienen que ver con la naturaleza ambivalente de nuestra música y letras. Ambivalencia no implica ambigüedad: afirmamos nuestras dos caras al mismo tiempo. Sin embargo no hay dos productos separados: solo uno.