El documento, entregado a la consejera de Administración Local, Isabel Elizalde, ha sido elaborado por más de 300 representantes municipales y concejiles, realizadas en ocho reuniones zonales y una específica para concejos.

El texto incluye varios apartados: uno sobre los principios que deben regir la reforma; la voluntariedad en la extinción o modificación de las entidades locales; la pervivencia de municipios y concejos; la búsqueda de la equidad en la prestación de los servicios; o la aplicación del principio de subsidiariedad.

El segundo apartado establece una redistribución de competencias y propone que los cargos electos opten por que se trasladen a la comunidad autonómica competencias como las sanitarias o las educativas. El resto deben permanecer, a juicio de los ediles, en el ámbito local y buena parte de ellas en el propio municipio, si bien se asigna una parte relevante de las mismas a las entidades supramunicipales que se definan.

En el apartado de planta local, se opta por mantener los tipos de entidades locales existentes y por el establecimiento de un nivel de entidades supramunicipales lo más simple posible, que deben ser, no obstante, cercanas a las entidades que las forman para que se dé una cierta identificación con las mismas.

En el capítulo de haciendas locales, se apuesta por la definición del Fondo como un porcentaje fijo de los ingresos tributarios de la Hacienda foral y se aboga por la libre disposición de las transferencias de capital, al menos en parte, y por la reducción hasta donde se pueda de las transferencias finalistas.