Oihane LARRETXEA

EL DIFÍCIL EQUILIBRIO ENTRE «VIVIR EN» Y «HACER NEGOCIO CON» DONOSTIA

El anuncio que ofrece pernoctar en una furgoneta da una pista. El turismo crece en Donostia y genera ingresos, pero satura zonas como la Parte Vieja y complica la rutina de los vecinos, inquietos por las inversiones de extranjeros que adquieren viviendas.

Afirmar que Donostia bate sus propios récords, en cuanto a turismo se refiere, dejó de ser una novedad hace unos años, especialmente en los últimos tres o cuatro. La capital guipuzcoana ha pasado de tener visitantes durante los meses de verano a recibirlos durante todo el año. Además, el peso que soportan los meses estivales es cada vez mayor. Hallar el equilibrio entre la vida rutinaria de sus habitantes y los turistas será y es esencial para su sostenibilidad y disfrute. A nadie le gustan las saturaciones. Esa afirmación tampoco es una novedad.

Hay espejos en los que mirarse para saber qué hacer y qué conviene evitar. Recientemente, el equipo de Gobierno de Ada Colau, en Barcelona, impuso unos límites habitacionales, en base a los cuales por cada 100 camas solo 6,37 podían destinarse a la explotación turística. Donostia, y más concretamente la Parte Vieja, está a años luz de esos porcentajes. Según los datos aportados por la AAVV Parte Zaharrean Bizi, el barrio casi cuadriplica la tasa de camas destinadas a visitantes. «Entre el Boulevard, el río, el puerto y el mar», donde viven 6.000 vecinas y vecinos, han contabilizado 200 apartamentos turísticos y unas 53 pensiones. Estas habitaciones se ofertan en más de 50 páginas web. Según un reciente informe de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos, en la ciudad hay 14.254 camas en apartamentos no reglados, frente a las 6.115 de hoteles, hostales y pensiones reglados.

Los propios responsables políticos, desde el alcalde Eneko Goia, al concejal de Urbanismo Enrique Ramos, afirman que hay que poner medidas, pero estas no llegan pese a que el vecindario las reclama con urgencia. La sociedad municipal “Fomento” sacó a concurso la realización de un estudio sobre la oferta de apartamentos vacacionales para definir medidas para su ordenación y regulación, pero poco se conoce de la iniciativa.

Vivienda vacacional

Los inversores también han puesto el ojo en Donostia atraídos por su paisaje, su gastronomía y su calidad de vida. Desde la inmobiliaria Engel&Volkers, destinada a casas de cierta categoría y también de lujo, afirman que en la ciudad costera tiene más demanda que oferta. Según explica a este diario Xabier Lasa, hay varios tipos de compradores: tanto gente local como estatal y extranjera que adquiere un piso para fijar su residencia, para segunda vivienda o para invertir, es decir, para alquilarla a terceros para un uso vacacional o residencial. Afirma, una y otra vez, que «San Sebastián está de moda».

En varios barrios de la ciudad, como Gros, Centro y Parte Vieja, han buzoneado peticiones para la adquisición de viviendas a partir de 200.000 y 300.000 euros. A raíz de esa misiva, varios vecinos se pusieron en contacto con este periódico, inquietos por las consecuencias de la inversión extranjera con fines turísticos en el barrio. «Los precios, al alza, y la gente de aquí que termina por irse», una frase que resume su sentir.

Preguntado al respecto, Lasa explica que la mayoría de personas que compran casas en la Parte Vieja son vecinos del propio barrio, aunque añade que los inversores extranjeros, sobre todo británicos, alemanes y australianos, ven esta zona como «un buen lugar». No cree que esto tenga afecciones en la convivencia ni en los vecindarios, y apunta que siempre que la demanda es mayor que la oferta los precios suben. En cualquier caso, asegura que Engel&Volkers se mantiene en precios que estipula el mercado.