Alberto PRADILLA
MADRID

Rivera pone precio a su apoyo a Rajoy y le pone condiciones que el PP ya firmó

Albert Rivera mueve ficha y presenta seis condiciones al PP para iniciar una negociación que culmine con el apoyo de Ciudadanos a la investidura de Mariano Rajoy. Después de prometer mil y una veces que jamás avalaría al actual presidente en funciones, el líder del partido naranja plantea propuestas centradas en la corrupción y la «regeneración», obviando cuestiones económicas. Hoy se reúnen ambos. El primer escollo: fijar una fecha para la sesión en las Cortes.

A Albert Rivera le gusta jugar con la solemnidad y ponerse el traje de Adolfo Suárez a pesar de su menguada representación en el Congreso. A 24 horas de la reunión que mantendrá hoy con el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, el líder de Ciudadanos dio una efectista rueda de prensa en la que impuso seis condiciones para iniciar un diálogo que permita que el inquilino de La Moncloa siga en el puesto. Antes de sentarse en la mesa, tanto Rajoy como Ana Pastor, presidenta del Congreso, deberán fijar una fecha para investidura. Con la maniobra, Rivera pone precio a su apoyo al líder del PP: medidas centradas en la corrupción y la «regeneración». El importe parece asequible para Rajoy. Casi todas ya han sido firmadas por altos cargos de Génova, como Cristina Cifuentes, que gobierna en la Comunidad de Madrid con el aval de Ciudadanos.

Las exigencias de Rivera son la separación de sus cargos de los políticos imputados por corrupción; la eliminación de los aforamientos; una nueva ley electoral que contenga listas desbloqueadas, «mayor proporcionalidad» y acabar con el voto rogado; acabar con los indultos por corrupción política; limitación de mandatos a ocho años y, por último, una comisión de investigación en el Congreso que estudie la financiación irregular del PP y el denominado «caso Bárcenas». En realidad, solo el cambio de la ley electoral, que actualmente beneficia a PP y PSOE, y la comisión de investigación parlamentaria podrían ser problemas para Rajoy. Sin embargo, en estos casos siempre se puede recurrir a las buenas intenciones. En el caso de la norma que regula los comicios, por ejemplo, es necesario modificar la Constitución, por lo que el PP podría comprometerse y confiar en el veto del PSOE. O tirar hacia adelante.

Centrándose en la corrupción, Ciudadanos elude posicionarse sobre asuntos económicos, que es lo que aseguró que pactaría con el PP antes incluso de la investidura. No se puede olvidar que el Ejecutivo que se forme debería gestionar los recortes que impondrá Bruselas. Y tener unos presupuestos antes del 15 de octubre, cuando Europa analizará las cuentas y el gasto.

Guiños a Cifuentes

«No es que estas medidas las haya firmado Cristina Cifuentes o Susana Díaz. Es que también las ha suscrito Pedro Sánchez», aseguró Rivera, que sigue metiendo presión a su antiguo socio del PSOE. No se puede olvidar que, aunque Ciudadanos cambiara de posición, el PP continuaría a siete escaños de la mayoría absoluta. Es decir, que todavía seguiría necesitando la abstención de Ferraz o, si no la obtiene, el aval de PNV, Coalición Canaria y un último diputado que sería una incógnita.

Para el PSOE fueron las palabras más duras de Rivera. «No se puede contar con ellos para asuntos de Estado», dijo el líder de Ciudadanos, que reivindicó su papel como «bisagra» e insistió en que él ha sido el único que ha intentado «desbloquear la situación». Al mismo tiempo, trató de desvincularse del futuro Ejecutivo, argumentando que el partido naranja no tiene previsto entrar en el gabinete de Rajoy. «Estaremos en la oposición, algún día llegará el cambio», afirmó. Resulta paradójico que, con gesto muy serio, remarcase que ya había repetido en muchas ocasiones que no entraría en el Gobierno porque, probablemente, son las mismas veces en las que ha insistido que no permitiría que Rajoy siguiese al frente de La Moncloa.