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Orban llama a votar el domingo para «defender las fronteras de Hungría»

El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, aseguró ayer, en la recta final de la campaña para el polémico referéndum sobre la reubicación de refugiados en Europa este domingo, que su país «ha defendido las fronteras de Hungría y así también las de la Unión Europea». Defendió las vallas construidas en el sur del país para impedir la llegada de refugiados.

Más de 8,2 millones de húngaros con derecho a voto están llamados a responder el domingo a la siguiente pregunta: «¿Quiere que la Unión Europea disponga, sin el consentimiento del Parlamento, sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría?».

El Gobierno hizo ayer un llamamiento a participar masivamente porque, en palabras del ministro de Gobernación, János Lázár, «si el domingo va mucha gente a votar, eso mostrará que hay una unidad nacional para poder representar nuestra postura en Bruselas».

De acuerdo a la legislación húngara, el referéndum solo será válido si más de la mitad (50% más un voto) de los ciudadanos emiten un voto válido. Según las últimas encuestas, la pregunta no es si gana el «no», ya que una gran mayoría de los húngaros rechaza el sistema de reubicación, sino si habrá suficiente participación para que el referéndum sea válido o no.

Las últimas encuestas señalan que solo el 42% del censo acudirá seguro a votar y que el 31% está indeciso.

En una entrevista concedida a un diario gratuito pro gubernamental, el primer ministro, Viktor Orban, sostuvo que «el domingo se decidirá sobre el futuro de Hungría y de Europa. Hemos defendido las fronteras de Hungría y así también las de la Unión Europea».

Dijo también que su Gobierno ha hecho «lo mismo que otros en partes más prudentes de mundo, desde Estados Unidos hasta Israel». «Queremos a nuestra patria y no queremos exponerla a aventuras inseguras», añadió. «Hungría está defendiendo su modo de vida frente al multiculturalismo», manifestó en otra entrevista en la cadena húngara TV2. En sus intervenciones, principalmente en campaña, ha defendido que «el país está haciendo una política de autodefensa».

Orban se ha opuesto desde el principio al sistema de reubicación de refugiados entre los países de la UE y ha llegado a afirmar que estos son un «veneno» para Europa. Además de colocar vallas en las fronteras del sur, ha aprobado una serie de leyes que permiten las «devoluciones en caliente» y castigan con penas de hasta cinco años de cárcel a quienes entran en el país sin permiso.

El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, destacó recientemente que una consulta nacional nunca puede ser vinculante para las instituciones comunitarias ni puede afectar las obligaciones de un país miembro bajo el derecho comunitario.

En opinión del director del programa de asilo del Comité Helsinki Húngaro, Gábor Gyulai, «en términos jurídicos, el referéndum no parece ser más que una mala broma». Tildó de «tendenciosa» y «falsa» la pregunta del referéndum.

«Abusar de la importante institución democrática del referéndum por un motivo propagandístico no es aceptable en una sociedad europea», resaltó.

Independientemente del resultado, esta consulta y su campaña tendrán «consecuencias trágicas no solo para los refugiados, sino también para los húngaros», pronosticó Gyulai.

En un informe publicado el martes, Amnistía Internacional denunció abusos y trato degradante a los refugiados por parte de las autoridades húngaras. «Cientos de solicitantes de asilo esperan en la frontera durante meses en condiciones degradantes. Son tratados como criminales sin haber cometido ningún delito», censuró.

En menos de un año, más de 3.000 refugiados han sido arrestados de forma irregular cerca de la frontera serbia.