Arantxa MANTEROLA
BAIONA

CADE insiste en que la política de París sobre el TAV no tiene ni pies ni cabeza

La asociación medioambiental constata que cada vez más voces, incluídas las institucionales, coinciden con sus denuncias respecto a la incongruencia de París que sigue empecinado en los proyectos del TAV cuando es evidente que suponen un coste faraónico inasumible.

Aunque el Observatorio del Tráfico ferroviario entre Hendaia y Dax puesto en marcha en 2012 no se reúne desde hace dos años, CADE sigue recabando y contrastando datos. Ayer ofrecieron el resultado de los correspondientes a 2015 así como las tergivers&hTab;aciones de cifras y las lecturas interesadas que los organismos impulsores del TAV (RFF, DREAL...) están haciendo desde hace años en su intento de demostrar la necesidad de apostar por la construcción de la nueva línea de alta velocidad.

Así, han constatado que la tan anunciada saturación de las vías existentes no es, ni de lejos, real ya que el tráfico tanto de viajeros (-6,5% en 2015 en las estaciones labortanas) como de mercancías (-50% de Hendaia a Baiona en 2014) sigue bajando, como lo muestran los datos proporcionados por la SNCF a la Cámara de Comercio e Industria de Baiona.

Además, después de mucho insistir ante la Dirección regional de fomento (Dreal), han comprobado que los datos referenciales desde 2006 respecto al cálculo de trenes que circulan ha sido duplicado al contabilizar dos veces el mismo tren en Baiona (a la llegada y a la partida hacia Hendaia, de lo que resultan 39 trenes de más al día).

Por otro lado, CADE se congratula de que diversas entidades e instituciones como recientemente el Tribunal de Cuentas o el Senado hayan realizado sendos informes sobre la inviabilidad financiera de los TAV.

Piden retrasar 15 años

Los miembros del organismo medioambiental hicieron hincapié en el hecho de que la comisión de senadores que ha analizado la viabilidad económica de los proyectos del TAV en construcción o los planificados como el de Burdeos-Toulouse y Burdeos-Dax (al que debería seguir el tramo de Dax-Hendaia), considere que se trata de «inversiones excesivas», que no cuentan con los debidos «estudios de viabilidad financiera» y que preconice que su construcción debería ser «retrasada 15 años».

En paralelo, CADE critica la actitud «incoherente» del Gobierno que hace oídos sordos a las recomendaciones cada vez más cualificadas y lamenta que siga empecinado en su política de proyectos inasumibles.