El presidente ruso, Vladimir Putin, apeló a los diputados de la Duma a recién elegidos a acometer la misión «histórica» de Rusia, ser «un país fuerte». La primera sesión de la Cámara baja del Parlamento ruso tuvo lugar en un contexto de deterioro de las relaciones entre Moscú y los países occidentales. La ruptura de las negociaciones sobre Siria ha llevado a una escalda verbal inédita desde la década de los 80, cuando Ronald Reagan calificaba a la URSS de «imperio del mal»

«Debemos reforzar la seguridad y las capacidades de defensa de nuestro país», sostuvo Putin, que subrayó «la necesidad de defender la posición del país en la escena mundial».

«Debemos unirnos, coordinar nuestros esfuerzos, nuestros derechos y obligaciones para cumplir el derecho supremo histórico de que Rusia sea un país fuerte», insistió. Moscú ha priorizado en los últimos años la modernización de su Ejército y ha desplegado tropas suplementarias en el flanco oeste, frente a instalaciones europeas de la OTAN, que, a su vez, aumenta su presencia y actividad en la región. «Cada país tiene este derecho. Y no damos a este concepto –un país fuerte– una connotación imperialista . Nunca hemos impuesto nada a nadie», concluyó.

Además del ámbito militar, Putin señaló que Rusia espera del Parlamento que responda a los desafíos de la educación, la vivienda, la salud y la ecología».

Pero entre los primeros trabajos de los parlamentarios se encuentra aprobar dos decisiones ya tomadas por el Kremlin: la suspensión del acuerdo sobre el reciclaje de decenas de toneladas de plutonio proveniente de ojivas nucleares y la creación de una base aérea permanente en Siria utilizada desde hace un año por Moscú para llevar a cabo ataques aéreos.

Ayer mismo Rusia anunció que suspendía el acuerdo con Estados Unidos de cooperación en materia de investigación nuclear y energética, y que las sanciones de EEUU «han repercutido directamente en la cooperación contemplada por dicho acuerdo».

La Duma, elegida para un periodo de cinco años, no cuenta prácticamente con oposición, ya que está ampliamente dominada por los 343 diputados (de un total de 450) de Rusia Unida, el partido de Putin. Otros tres partidos que ocupan el resto de escaños –el comunista y dos formaciones nacionalistas– votan generalmente con Rusia Unida.