I.S.
GASTEIZ

Shesa quiere perforar un pozo convencional en Araba

Fracking Ez alertó ayer de que Hidrocarburos de Euskadi (Shesa) pretende perforar un pozo de extracción de gas convencional en Subilla-Gasteiz, el mismo lugar donde se iba a emplear la fracturación hidráulica. La plataforma se preguntó si este pozo es un movimiento para «colarnos el fracking en otro momento de menos contestación social».

Hidrocarburos de Euskadi (Shesa) quiere perforar un pozo de extracción de gas convencional en Subilla Gasteiz. Así lo denunció ayer Fracking Ez, que alertó de que el lugar elegido para ubicar el pozo Armentia-2 es el mismo en el que se pretendía utilizar la fracturación hidráulica.

En una rueda de prensa, Luis Casado y Estitxu Villamor señalaron que la construcción del pozo de gas convencional está recogida en la memoria presentada por Shesa el pasado mes de junio ante el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, un documento que se encuentra en periodo de consultas.

Según explicaron, con este proyecto Shesa «vuelve veinte años atrás, a la fecha en la que perforó el pozo Armentia-1 mediante técnicas convencionales y fracasó en su intento de extraer gas del subsuelo alavés».

«Desde el cierre de aquel pozo se han realizado trabajos orientados a hacer fracking en estos yacimientos, que nos han presentado insistentemente como no convencionales. Por lo que ahora no resulta creíble que traten de convencernos de que las técnicas convencionales van a funcionar», añadieron.

Y advirtieron de que en su memoria Shesa afirma que el fracking «es una práctica exitosa que no se puede aplicar en este momento por la repercusión social que tendría». «¿Tenemos que entender que el fracking se ha descartado completamente por su peligrosidad, o en realidad la realización de este pozo convencional es el primer movimiento para colarnos el fracking en otro momento de menor contestación?», preguntaron.

Otro modelo energético

Los integrantes de Fracking Ez, que se reunirán con agentes sociales, políticos y sindicales para responder a los planes de Shesa, insistieron en que «el debate ya no es fracking sí o no. El debate ha trascendido y la sociedad ya está debatiendo el modelo energético en su conjunto».

En este sentido, destacaron que «ya no es solamente el fracking lo que está socialmente vetado, sino que es inadmisible que se realice una inversión pública millonaria para perpetuar un modelo energético basado en los combustibles fósiles, agentes de primer orden del cambio climático».