GARA
KARLSRUHE

El TC alemán pone condiciones a Berlín para aprobar el tratado UE-Canadá

El Tribunal Constitucional (TC) alemán puso ayer varias condiciones al Gobierno de Angela Merkel para aprobar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá (CETA, por sus siglas en inglés). Aunque de entrada dio luz verde, aún tiene pendientes de resolver varios recursos constitucionales.

La condición central es que el Ejecutivo garantice que, en caso de que a posteriori haya una declaración de inconstitucionalidad o un rechazo del mismo por el Parlamento, Alemania pueda abandonar este tratado. El vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, dijo que eso era algo «obvio» que ya está de hecho garantizado y se declaró «satisfecho» con la decisión del TC. No obstante, añadió que volverá a subrayarlo ante la Comisión Europea.

«Creo que hemos logrado convencer al TC con nuestros argumentos», comentó en una breve comparecencia ante la prensa en Karlsruhe.

Otra condición impuesta es garantizar que solo entren provisionalmente en vigor las partes del CETA que son competencia de la Comisión Europea y no aquellas que son cuestión de los estados miembros de la UE.

El Constitucional advirtió de que examinará con cuidado el funcionamiento de las comisiones mixtas del CETA y dijo que estas no pueden generar jurisprudencia ni modificar la legislación. Gabriel señaló que esto también estará garantizado y añadió que los críticos del CETA a veces lo confunden con el acuerdo de libre comercio con EEUU (TTIP) sin darse cuenta de que Ottawa ha hecho concesiones a las que hasta ahora no se muestra dispuesto Washington.

En concreto, lo que hizo el TC fue rechazar varias peticiones para que tomara una decisión de urgencia que impidiera a Gabriel votar a favor del acuerdo en la reunión de ministros de la UE del próximo martes y, deesa forma, bloquease la firma del mismo el 27 de octubre.

De Bruselas a Ottawa

El fallo hecho público en Karlsruhe fue escuchado con atención tanto en Bruselas como en Ottawa. La Comisión Europea aseguró que «toma nota», si bien asumió que «corresponde a las autoridades alemanas sacar las conclusiones necesarias».

Más molesto se mostró el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien subrayó que sería «desolador» que el tratado fuera rechazado y que eso lanzaría al mundo «un mensaje muy claro» de que la Unión Europea ha entrado en «una vía poco productiva».