Alexandre GROSBOIS
AFP

EL EXITOSO SISTEMA DE CUBA CONTRA LOS DESASTRES NATURALES

El huracán Matthew dejó una estela de muerte en el Caribe, excepto en Cuba. Pese a los millonarios destrozos en viviendas e infraestructura, evitó pérdidas humanas gracias a un sistema de prevención sin mayores recursos o tecnología, pero muy efectivo.

Cuba dispone de protocolos excepcionales, tanto en la preparación como en la implementación. Es una gestión muy organizada, y todas las medidas tienen como prioridad salvar vidas humanas», resaltó a AFP la directora en Cuba del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Laura Melo.

A partir de la experiencia del huracán Flora, que dejó 1.200 muertos en 1963, la Defensa Civil realiza anualmente un ejercicio a nivel nacional contra desastres naturales, previo al comienzo de la temporada ciclónica en el Atlántico, que va del 1 de junio al 30 de noviembre.

Punta de lanza de todo el sistema, la Defensa Civil es un organismo manejado por militares que se apoya en autoridades locales. En cada uno de los 168 municipios, moviliza al Ejército, brigadas de voluntarios, responsables del partido único, de los gobiernos provinciales y locales, así como a bomberos y socorristas de la Cruz Roja.

«Si usted le pregunta a un cubano qué es la Defensa Civil (...) le dirán: somos nosotros, cada persona va participando en las diferentes etapas de preparación», subraya Alexis Lorenzo, sicólogo y miembro de la Red Latinoamericana de Sicología en Emergencias y Desastres. Un sistema piramidal pero integrado, en el que cada quien asume su papel.

«Durante la fase de alerta, visitamos a cada persona y la campaña mediática ayuda mucho», declara Annia Navarro, responsable de la Cruz Roja en Baracoa, una de las ciudades más afectadas por Matthew.

Esta vez Cuba también contó con suerte. Inicialmente el huracán se dirigía a ciudades densamente pobladas como Guantánamo o Santiago de Cuba, pero a última hora desvió más al este tras su paso por Haití.

«Este es un país donde las instituciones funcionan. En Cuba hay un verdadero poder de movilización de la estructura social y política, y los cubanos responden bien a ese sistema» señala un representante de una organización internacional que prefiere no identificarse. «En otros países, los habitantes pueden ser reacios a abandonar sus hogares, sobre todo por temor a los robos, pero aquí la gente lo hace porque confían en el sistema. Eso ayuda mucho», agrega.

Además, los cubanos, sobre todo los de provincia, son solidarios y mantienen estrechos lazos con vecinos. «La mayor cantidad de evacuados van a casas de familias y amistades», subraya Lorenzo. Matthew forzó a la evacuación de más de 1,3 millones de personas en una isla de 11 millones de habitantes.

Fenómenos como Matthew suelen causar daños significativos en viviendas, infraestructura vial, y en las redes de distribución de agua y energía, lo que demanda una atención casi inmediata. «Y en esto la movilización es también extremadamente rápida, a partir de sistemas muy bien establecidos», remarca la representante del PMA, que tiene previsto instalar centros temporales de distribución de alimentos. En las cuatro comunidades más afectadas: Maisí, Baracoa, Imías y San Antonio del Sur, «el trabajo fue intenso y rápido, sobre todo en la limpieza de las calles y la instalación de puntos de venta de alimentos a precios regulados», detalla Joel Gómez, responsable de la ONG Oxfam en la provincia de Guantánamo.

Una semana después del paso de Matthew, la mayoría de vías que conectan con estas comunidades fueron reabiertas, y «el (servicio) de agua ya se comenzó a reponer y se trabaja para hacerla potable», comenta.

Haití, la otra cara de la moneda

El jefe de la Oficina Regional de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR-Las Américas), con sede en ciudad de Panamá, también ha puesto a Cuba como ejemplo de actuación frente a desastres naturales. En la otra cara de la monea se sitúa Haití, donde el huracán ha causado medio millar de muertos y ha destruido 300 escuelas. 1,4 millones de personas necesitan ayudan urgente.

«Lamentablemente, en Haití, este nivel de concienciación pública no existe, como tampoco existe de manera clara cuáles son los lugares seguros hacia donde la población debe dirigirse» para ponerse a salvo, expresó Mena, quien agregó que la pobreza del país lo hace más vulnerable a los embates de la naturaleza.