El relator de la ONU para la situación de los defensores de los Derechos Humanos, Michel Forst, expresó su preocupación por el retroceso en derechos y por la estigmatización cada vez mayor que sufren los activistas.

«Me ha sorprendido ver cada vez más pruebas de diferentes medidas que han impuesto una enorme presión sobre la sociedad civil australiana», señaló Forst, tras su primera visita al país. Si bien ensalzó la tradicional defensa de la democracia constitucional, del Estado de Derecho y de la libertad de expresión, Forst aseguró que en lugar de garantías y ambientes favorables a los defensores de los derechos humanos, se ha encontrado una serie de medidas que reducen los derechos de estos activistas.

Criticó la legislación sobre los secretos y la implementación de normas contra las manifestaciones. «Estas leyes no solo han acentuado las diferencias entre los compromisos declarados por el Gobierno en los foros internacionales y su puesta en marcha dentro del país, sino que también ha agravado la situación de reducción de financiación» por parte del Gobierno.

Lamentó «la frecuente demonización pública» de los defensores de los derechos por parte de altos cargos del Gobierno, en un intento por «desacreditar, intimidar y disuadirlos de realizar su legítimo trabajo. Y los medios de comunicación y actores empresariales han contribuido a esta estigmatización».