Buscamos matices para justificar la ausencia de políticas culturales. Todo se ejecuta sin planos  ni planes. De ocurrencia en ocurrencia hasta el pastiche final. Conocer cómo funcionan en el continente europeo las propuestas culturales en los países miembros, sirve para detectar la falta de ideas previas para entablar una acción cultural concreta en las instituciones públicas y privadas.

No se trata de copiar, pero conocer en qué conceptos se basan las programaciones de los teatros públicos, las compañías concertadas,  los museos, las orquestas, los motivos por los que se hacen los festivales, la conjunción entre todos los intervinientes en estas programaciones, nos indican que existe otra manera de afrontar la gestión cultural que no sea un acto mecánico, economicista, de ajuste presupuestario sino que se basan en otras posibilidades de convertir la cultura en algo integrador y estructural que fomente la identidad individual y colectiva y no en un mero capricho ni un entretenimiento banal.

Diferencias importantes. Estamos esperando un nuevo gobierno vasco que tiene años de experiencia y estructuras que fomentan la creación, pero ¿se parte de un plan estratégico o es simplemente una rutina para seguir produciendo y exhibiendo sin mirar atrás, ni delante ni al lado? Parece imprescindible introducir un concepto que alimente una idea y que contenga una visión de la cultura para darle sentido a los presupuestos.