Pablo CABEZA
BiLBO

The Cure sintetizan el pop de los últimos cuarenta años

Revisando las crónicas del concierto de The Cure en Madrid el pasado domingo, todos los especialistas coinciden, salvo matices, en el afortunado reencuentro del quinteto con ellos mismos y con el público. Mañana será el turno en el Bizkaia Arena de Barakaldo. 19.00.

El pasado 12 de julio de 2012 The Cure salía al escenario principal del BBK Live. Un problema técnico demoró el concierto cerca de una hora, pero el percance aportó un pequeño set acústico por parte de Robert Smith que terminó por tener más valor –singularidad– que lo que sucedió posteriormente, ya que ese mini set corre por youtube y por discos de corte “pirata”.

Transcurridos cuatro años, The Cure regresa a la península. El primer set (quedan Bilbo y Barcelona) se resolvió el pasado domingo con aforo completo, 16.000 asistentes y, en general con muy buenas sensaciones para crítica y asistentes.

Javier Herrero, de Efe, relata que fue un concierto fluido en el que revisitó los diversos géneros que le han convertido en referencia «como el post-punk de su seminal [inapropiado término sexista referido solo al hombre y su semen] “Three imaginary boys”, el rock gótico de “One hundred years” y “A forest”, la new wave optimista de “Boys don't cry”, “In between days” o “Friday I'm in love” y hasta apuntes electrónicos en “The walk”. El relato de estilos se ajusta a lo que hasta ahora ha sido The Cure, aunque tampoco asustaría a nadie si se añadiera pop, ya que algunas de sus canciones no dejan de ser brillantes composiciones pop, en especial la época relacionada con la luminosidad de la nueva ola, donde Costello también escribía buena parte de su mejor repertorio primerizo. No obstante, lo que más ha calado en el subconsciente histórico de sus miles de seguidores es su zona gótica, la sombría, quizá más por la estética de Smith (junto al tono existencialista e introspectivo de algunas letras) que por la veracidad de ese tipo de repertorio, al menos visto desde una carrera de más de cuarenta años como músico.

Además, el encasillamiento dentro de lo gótico (que hizo furor) le enoja a Smith: «Es tan triste que a The Cure se le siga llamando gótico (...) No somos categorizables. Supongo que éramos post-punk cuando salimos, pero globalmente es imposible categorizarnos (...) Yo toco música de The Cure, sea lo que sea que esto signifique», explicaba hace tiempo Smith cansado de que se le viera como si fuese parte de The Mission, Sisters of Mercy o Fields of the Nephilim.

Retomando el posible concierto del BEC! con el antecedente de Madrid, Herrero describe: Puntuales a la cita, y en medio de una «gran ovación», ante el público se han presentado Robert Smith (voz y guitarra), Simon Gallup (bajo) [siempre caído, de sonido singular], Jason Cooper (batería), Roger O'Donnell (teclados) y Reeves Gabrels (guitarra) [recientemente incorporado], con “Open”.

Lejos de plegarse a la introspección el concierto pasó enseguida a una onda más viva, primero con el «jangle pop» de “High”, “A night like this”, jovialidad que a los 20 minutos ofreció el primer pico de la velada con “Push” e “In between days”.

Posteriormente sonaron “Pictures of you”, la cadencia y percusiones asiáticas de “Kyoto song” y las «afiladas» y «temerarias» guitarras de “The blood”, además de los «chispazos» electrónicos de “The caterpillar”.

La calma de “Lovesong” (el regalo de bodas que le hizo a su mujer antes del matrimonio) funcionó a las «mil maravillas» como contrapunto con “Just like heaven”, una de las más aplaudidas de la velada [no en vano, Smith la consideró en su momento la mejor canción pop que The Cure hubiese hecho].

“From the edge of the deep green sea”, “One hundred years” y “End” elevaron la intensidad «emocional» del concierto, a tiempo para las tres tandas de bises, en las que sonaron temas como “Burn”, “Play for today” y “A forest”, muy aplaudida.

Tras varios bises, turno final con “Lullaby”, “Friday I'm in love”, “Boys don't cry”, “Close to me” y “Why can't I be you?”, un final poderoso y tres horas de concierto, por lo que convendrá guardar fuerzas para mañana 24 en el Bizkaia Arena.