Carlos GIL
Analista cultural

Brotes culturales bipolares

Estamos en las fechas de mayor programación cultural. Se debe aprovechar este fin de semana y el próximo, porque a partir de entonces todo serán villancicos, comidas de empresa y consumo disparatado. Los actos culturales por excelencia de nuestros tiempos. Todo debe mesurarse, pesarse y medirse y la ostentación forma parte del condumio. Amazon es uno de los signos más evidentes el Apocalipsis. Y viene en dron.

Por eso tenemos brotes de bipolaridad cultural exacerbada que nos colocan en la euforia y al instante en la depresión absoluta. Vemos salas de teatro llenas y otras con abstención de espectadores que provoca tortícolis al intentar girar la cabeza trescientos sesenta grados para saber qué ha sucedido. Suenan músicas, se estrenan películas, se editan libros, pero al final lo que más se vende son los calendarios.  

Uno de los virus más indetectable es el conformismo cultural. O pensar que los problemas de la cultura son los problemas laborales o  de presupuesto de los gestores o los creadores de la cultura. La solución es una cuestión estructural, en ocasiones muy profunda, que debe involucrarse la sociedad entera. Tenemos nuevo consejero de  Cultura. No esperamos mucho. Pero esperamos algo: inteligencia y liderazgo. Reajustes y políticas culturales para este siglo. Que no es poco.