M.I.
PASSENGERS

La romántica pareja de náufragos del espacio

Hace tiempo que ha quedado claro que Keanu Reeves es un actor que ha malogrado su carrera por culpa de la falta de visión a la hora de elegir los proyectos en los que se involucra. Y, sabiendo que “Passengers” había sido su proyecto soñado, tampoco se podía esperar mucho del mismo. El guion original de Jon Spaihts estuvo en la Black List hace casi diez años, que es mucho tiempo, y nació como una corrección de otras ideas más de pura ciencia-ficción, respondiendo a las peticiones de los ejecutivos de los estudios para hacer la película más del agrado del gran público al que no le gusta el género.

“Passengers” quiere ser una historia de amor de dimensiones épicas, algo así como el “Titanic” (1997) del nuevo milenio, pero la química existente entre la pareja estelar no alcanza para tanto, quedándose más cerca de lo que fue “El lago azul” (1980). Al fin y al cabo no deja de ser un romance protagonizado por dos náufragos, que en lugar de encontrarse en una isla desierta, se conocen a bordo de una nave espacial. A decir verdad el trabajo actoral de Chris Pratt y Jennifer Lawrence carece del necesario respaldo, siendo abandonados a su suerte por una narración falta de ritmo y tensión, que en general se hace aburrida y sin alicientes que la hagan llevadera.