Raimundo Fitero
DE REOJO

Será

En unos años todo será así. Los automóviles no atravesarán los centros de las ciudades si no es para asuntos puntuales. Las ciudades serán de nuevo para los ciudadanos y no para los coches. Y todo mejorará. Por esas razones que no se acaban de entender sin acudir a los clásicos referentes del centralismo, periódicos estatales, televisiones de todo tipo han llevado en sus portadas y sumarios preferentes el que la alcaldía de Madrid está tomando medias muy contundentes debido a la alta contaminación de la ciudad con motivo de las condiciones climatológicas. Las medidas declaradas por la alcaldía han sido rebajar el máximo de velocidad, la prohibición de entrada al cogollo con la supresión de los parquímetros y después el que solamente podía circular los coches con matrícula impar. Cosas que suceden en medio Europa. Pero que de repente se le da la importancia que requiere.

Lo curioso es que unas medidas de estas características sean tildadas de ideológicas. Y que lo hagan los representantes de los partidos más ideologizados de la derecha extrema española. Y que se suelte y se repita como un insulto. La salud de los ciudadanos, la salud de la Tierra, la lógica del uso de un  símbolo en estado de reconversión como es el coche, se defiende con ideas, con metodología, con reglamentos y con toma de decisiones avaladas por los científicos. Sí, claro, eso cuando se concreta conforma un signo de una ideología, aunque sea de diseño o e baja intensidad. Y es lo bueno, que se sepa que se hacen las cosas por criterios bien estudiado. Estructurados, sólidos fruto de una buena documentación y con análisis más allá de la intuición, lo inmediato, el cuñadísimo o la contrata de deshollinador. La vida en las ciudades  será de esta manera, con cuidado del medio ambiente y de los marcadores de intoxicación, o no será.