Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «Vuelta a casa de mi madre»

Un afable conflicto doméstico

Si en la demoledora “Tanguy” el cineasta Étienne Chatiliez especulaba en torno a los treintañeros que se atrincheran en el hogar paterno –lo cual se traducía en una divertida guerra doméstica–, en esta oportunidad Eric Lavaine intenta hacer lo propio pero tomando como referencia un sector social que ha adquirido una especial –y dramática– importancia en la coyuntura actual, los cuarentañeros que se ven en la necesidad de retornar al hogar familiar.

Tal y como revela el título, la protagonista es una mujer que tras perder trabajo y dinero y haber sido abandonada por su marido, retornará a casa de su madre, lo cual propiciará una serie de situaciones basadas en la búsqueda de un entendimiento que evite que la rutina cotidiana y la convivencia forzosa salte por los aires. Presentado en formato de comedia, el filme propuesto por Lavaine basa todo su esfuerzo en buscar el contacto directo entre las dos protagonistas, la hija encarnada por Alexandra Lamy y la madre que interpreta Josiane Balasko, y todo alrededor de esta trifulca doméstica transcurre por derroteros ya visionados infinidad de veces y que tienen como epicentro el choque frontal que comparten ambos personajes. Si bien todo en “Vuelta a casa de mi madre” transita por parámetros ya conocidos y que tienen como objetivo legar en el espectador una tímida sonrisa de complicidad ante lo que está visionando, cabe destacar en esta función amable algunos detalles relacionados con el perfil de los secundarios que se encargan de dotar de mayor empaque el engranaje argumental y en este sentido, dejando a un lado el buen hacer de Balasko, figura el acierto de incluir los roles de los hermanos de la protagonista y sobre todo, la presencia invisible pero intuida en todo momento del padre, el cual asume el rol distante de quien prende la llama de la discordia.