V.E.
EL SR. HENRI COMPARTE PISO

Compartir no es siempre amar

Dos años después de su estreno oficial, llega a nuestras salas el que parece ser el enésimo éxito de la nueva comedia francesa. Uno más, sí, ni que sea por aquello de confirmar que ahora mismo el gran público tiene en este tipo de propuestas una especie de soporte vital totalmente imprescindible para, pongamos, poder seguir respirando. A todas estas sospechas solo haría falta añadir en el póster promocional aquella famosa coletilla de “1.000.000 de espectadores en Francia” y ya se habrían alineado todos los astros para la confección de otro hit cinematográfico galo.

Solo que, afortunadamente, la película renuncia a acomodarse en esos mecanismos tan bien diseñados para provocar poco más que la risa fácil. Será porque la propuesta en cuestión es de origen teatral (una obra, para más inri, concebida por el propio director y guionista de la cinta); será porque esto, en realidad, no es una comedia. Es más correcto hablar de drama con espacio para alguna que otra sonrisa. Y es que esta extraña pareja compuesta un Mr. Scrooge a la francesa y una jovenzuela que apenas está aprendiendo a ser independiente, es en realidad el caldo de cultivo para una amarga reflexión sobre el miedo a fracasar en la vida.