Pablo CABEZA

OPTIMISMO ANTE LA REBAJA DEL IVA, PERO NO SE OLVIDA EL DAñO PRODUCIDO

El 1 de setiembre de 2011 entraba en vigor la subida del IVA cultural, se pasaba de un 8% a un 21%. El pasado 1 de abril el Gobierno español aprobaba en Consejo de Ministros el paso del 21% al 10% para conciertos, artes escénicas, toros... y circo, menos cine.

La mañana de un jueves 1 de setiembre de 2011 resultó un desayuno amargo para muchos, colectivos, aficionados, empresarios y pequeños gestores de la actividad cultural. Se pasaba de un IVA del 8% a un 21%, una cifra que era como visualizar a David contra Goliat o una paliza humillante al balonmano: 8 a 21 a favor del equipo visitante. Desde entonces, y ante una crisis económica generada por inadecuados gestores y vitaminada por un buen número de malhechores, las cifras han venido demostrando que la medida tomada por un Gobierno del PP que incumplía su propio programa electoral al subir impuestos con virulencia, no ha servido para el fin previsto: acumular ingresos y sí, por contra, para debilitar una parte esencial de la vida, la cultura, que tanto sirve para generar satisfacciones inmateriales, crecer como persona, como para sustentar el medio de vida de miles de personas.

De esta forma, el Estado español pasaba a liderar la eurozona con el IVA cultural más alto. Cabe recordar que Alemania cuenta con un IVA cultural del 7%; Estado francés de 5,5% con matices a la baja; Bélgica, 6%; Noruega, 0%; Suiza, 2,5%; Finlandia, 10%; Holanda, 6%; Grecia; 6,5%; Italia 10%, Portugal 13%...

Asimilada la posible rebaja del IVA cultural –falta aprobar los Presupuestos Generales en el Congreso, donde PP y Ciudadanos aún no han conseguido las alianzas suficientes para sumar mayoría– lo que más ha llamado la atención es el “castigo” impuesto al cine al mantener “clavado” el 21% de IVA. Según Iñigo Méndez de Vigo, ministro español de Educación, Cultura y Deportes «el cine tiene otras medidas como las ventajas fiscales que son muy importantes y que hacen que el cine español esté en un gran momento». También es el mismo personaje que dice que «no existe el IVA cultural».

Joxe Portela, presidente de IBAIA, Asociación de Productoras Audiovisuales Independientes del País Vasco, precisa: «El cine español cada vez es de mayor calidad, pero no por el apoyo económico del Gobierno. Tanto los incentivos fiscales como la cantidad destinada al apoyo a la cinematografía están muy por debajo de las cuantías que se manejan en países europeos de nuestro entorno. Estos sí son datos objetivos. Se nos prometió un incremento de los incentivos fiscales y no se ha producido. Nos dijeron que la subida del IVA era una medida temporal y seguimos igual. Entiendo que el portavoz del Gobierno tenga que hacer estas declaraciones, pero nos consta que muchas personas del propio Ministerio de Cultura como miembros cualificados de PP no comparten estas medidas». Portela cree además que es necesaria una combinación de ayudas fiscales (estas afectan casi únicamente a las producciones de alto presupuesto) con un sistema de ayudas directas de forma que se posibilite una cinematografía plural en géneros, estilos narrativos, idiomas... y que haga posible el acceso a los nuevos realizadores. «Insisto en que lo más objetivo es que hagan una comparativa con países europeos de referencia».

Para diferentes portavoces del sector cinematográfico esta medida “contra” el cine es una venganza con origen en la gala de los Goya de 2003 cuando este se posicionaba contra la guerra de Irak, si bien, antes y después de esta fecha numerosos actores se han mostrado en contra de las políticas del PP. A Joxe Portela le gustaría pensar que no es así. «Es cierto que algunos miembros del Gobierno siguen hablando del “No” del sector del cine a la guerra de Irak, de los de la ceja de Zapatero..., pero también me consta que muchos miembros del PP no comparten esta opinión y creen que el apoyo a la cinematografía, y a la cultura en general, es positivo y necesario para lograr una sociedad cohesionada, solidaria y orgullosa de su cultura».

Portela, de paso, pediría al Gobierno de Iñigo Urkullu «que ya que se han posicionado en varias ocasiones en contra del actualmente exagerado IVA cultural, intente paliar esta situación con medidas propias. En el caso de los incentivos fiscales ya se han tomado algunas medidas y se están empezando a ver sus frutos. En el programa de Gobierno se contempla reclamar las competencias de cinematografía, aunque no sé en qué punto estamos».

Para Fernando Bernués, creador, actor y director de cine y teatro con 34 años de actividad a sus espaldas, matiza, tanto para el teatro como para el cine, que es inevitable pensar en un cierto revanchismo político. La cultura es pensamiento y esto era penalizar a una ciudadanía crítica. «Hay un revanchismo de pensamiento, en lugar de ensanchar la vida. En el cine los estudios serios dicen que no ha habido mayor recaudación –amplía Bernués–. Cualquier lectura racional nos dice que su lógica recaudatoria no puede ir mucho más allá. Se puede pensar que no es lo mismo aplicar ese 21 a una entrada de 40, 50 o 70 que a una de 8 euros, pero hay que tener en cuenta que amortizar una producción cinematográfica es un milagro. De hecho, y por estas circunstancias, el cine se está convirtiendo en un duopolio, prácticamente todo se lo están dividiendo Mediapro y Atresmedia. No hay más que ver las películas subvencionadas el año pasado por el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales), queda claro el oligopolio, las subvenciones para proyectos emergentes son excepciones. Y si esto es así, por algo será. No es casualidad».

Prosigue Bernués preguntándose, «¿qué logra que una ciudad cuando se acaba de trabajar sea interesante? Los espacios de creación, allá donde hay teatro, cine, conciertos, conferencias… Todo esto consigue que la vida tenga dimensión. Si perjudicamos esos espacios, parece que se busca una sociedad más robótica. Es el pensamiento humano lo que da la dimensión al hecho de vivir. Resulta increíble que desde cualquier posicionamiento político se niegue ese alimento que hace que la consideración de las personas, la reflexión y conocimiento de la vida se persiga, que es lo que hemos sentido, en definitiva». Lamenta asimismo Bernués que la presencia política en el activismo cultural cada vez es más anecdótica. «Si no hay foto, no hay presencia política».

Respiro al teatro

Las cifras del teatro son también negativas desde la implantación del 21% de IVA, como señalan diversos informes de SGAE donde consta el cierre de teatros, la bajada de asistentes, el descenso en la recaudación..., cifras que no compensan lo que se ha sumado con el aumento del IVA. Bernués: «La bajada del IVA es bueno porque afrontar un espectáculo en un teatro privado significa que de cada 100 euros de taquilla que entran 21 euros se los lleva el IVA, un 10% autores y un 3 o 4% se lo llevan las ventas por tarjeta… En total, un 35% se va en impuestos. Así que pasar de un 8% al 21% fue sencillamente una brutalidad. Cuando vas a taquilla hay un punto cero, ni ganas ni pierdes. Ese punto con un IVA del 10% pongamos que está en una asistencia de 280 espectadores. ¿Qué pasa con un IVA del 21? Que el punto cero sube a 350 espectadores, con lo cual se nos complica el proyecto».

Problemas que por las medidas que se han tenido que tomar por parte de las compañías han producido un daño irreversible. «En general –perfila Bernués– esta situación ha empobrecido las producciones puesto que hemos tenido que asumir menos riesgos. Se ha tenido que reducir el número de actores, recurrir a decorados más baratos… Es decir, ese daño es irreversibles, son situaciones pasadas. Además ha habido menos producciones y con disminución del atractivo por los reajustes y como consecuencia de todo ha bajado la asistencia, todo se ha empobrecido. Se da la paradoja, por ejemplo, que por leer a Hamlet pagas un 4% de IVA, mientras que por representarlo en escena pagas o pagabas un 21. Un ayuntamiento con un presupuesto de 20.000 euros para programar funciones, de la noche a la mañana se encontró que por ese incremento en lugar de poder realizar cinco funciones al año, habrá tenido que dejarlo en cuatro».

Discos y directos, indivisible

No cabe entender la música en directo –que sí entra en el recorte del IVA hasta el 10%–, sin su acompañante natural: el disco físico o la descarga digital desde las diferentes plataformas existentes, y que se queda en el cruel 21%. Los músicos dibujan el principio del círculo con sus creaciones, venta y difusión y se completa con su derivada: las actuaciones en directo. Amaia Ispizua, responsable de comunicación de MIE (Musika Industriaren Elkartea) señala al respecto: «Desde MIE aplaudimos la confirmación de la bajada del IVA cultural para las entradas a los espectáculos en directo, una reivindicación que ha sido nuestro caballo de batalla en los últimos cuatros años y medio. Lo vemos como un primer paso para que todas las actividades culturales estén gravadas al tipo reducido. Mantener el 21% del IVA en los discos nos parece una mala noticia y la confirmación de que no se considera un bien cultural. Entendemos que los conciertos y los discos no se pueden separar, están íntimamente relacionados y ambos son la expresión de un artista. Es el público el que decide de qué forma quiere disfrutar del artista: si compra un disco, si va a un concierto, si lo escucha en Spotify… Los espectáculos en directo y los discos no son mundos diferentes si no complementarios. Es más, normalmente no se entiende la gira de un artista sin un trabajo discográfico previo».