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Bruselas, inquieta ante las tendencias antipluralistas de la Hungría de Orban

La Comisión Europea expresó ayer su preocupación ante las controvertidas leyes recientemente adoptadas en Hungría, desde la detención sistemática de migrantes hasta la ley sobre las universidades. Podría lanzar en breve procesos por infracción del derecho europeo.

Durante la reunión semanal de sus comisarios, el órgano europeo abordó la reciente ley que autoriza la detención sistemática de migrantes, la controvertida ley adoptada el lunes considerada como dirigida contra la Universidad Central Europea (CEU) y un proyecto que obliga a las ONG a declarar cualquier financiación «del extranjero», una serie de medidas que han enfriado la relación entre Bruselas y el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

Estas «medidas generaron preocupación general respecto a su compatibilidad con el derecho de la UE y los valores comunes en los que la Unión se basa», afirmó la Comisión. Aunque por ahora dicho órgano estima que no existe «amenaza sistemática para el Estado de derecho en Hungría», según su vicepresidente, Frans Timmermans, el ejecutivo europeo podría lanzar a partir del 27 de abril procesos de infracción contra Budapest.

Timmermans enumeró la lista de críticas de Bruselas, que ya ha enviado a Budapest a su comisario de Migraciones, Dimitris Avramopoulos, tras la adopción a principios de marzo de la ley que prevé recluir a los migrantes en dos campos en la frontera con Serbia.

Solicitud de la ONU

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, pidió el lunes a los Estados miembro de la UE que no trasladen a solicitantes de asilo a Hungría ante la «profunda preocupación» generada por dicha ley. Las «medidas de emergencia» impulsadas por el Gobierno establecen mayores controles para los refugiados y plantean la expulsión de toda persona que entre en Hungría de forma irregular, lo que contravendría, entre otras obligaciones, la Convención de Dublín.

Desde la entrada en vigor de dichas medidas, el 28 de marzo, los nuevos solicitantes de asilo permanecen «detenidos» en contenedores de almacenaje ubicados en la frontera y rodeados de alambres. En estas instalaciones, y sin garantías, deben esperar a que las autoridades húngaras resuelvan su solicitud.

El martes, Berlín anunció que no enviará más refugiados a la Hungría de Orban.

En relación al formulario llamado «Stop Bruselas», enviado a principios de abril a cada hogar húngaro, la Comisión «preparará y publicará su propia respuesta para aclarar los malentendidos que se han creado», agregó Timmermans.

Esta «consulta», que pretende sondear a los húngaros sobre cómo oponerse a las instituciones europeas, en especial en materia de política migratoria, fue muy criticada por el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker: «Esta manera de hablar mal de Bruselas dice más sobre el autor de la encuesta que sobre el estado de la UE».

Apoyo en la calle a la Universidad de Soros

El comisario Timmermans también citó la ley sobre las universidades, que parece hecha a medida contra la Universidad Centroeuropea (CEU), financiada por el multimillonario estadounidense de origen húngaro George Soros, convertido en la pesadilla del primer ministro Orban, así como el proyecto que obliga a las ONG a declarar su financiación procedente «del extranjero» por más de 23.000 euros anuales, sin lo que podrían ser prohibidas.

Cientos de manifestantes se congregaron en la noche del lunes en Budapest en apoyo a la CEU y para anoche se anunciaba una movilización «con más gente. La protesta del domingo ya atrajo a mucha gente nueva. Creo que ahora se está desarrollando una nueva clase política, especialmente entre los jóvenes. Esas generaciones son las que más se están movilizando», decía a los periodistas un manifestante. La norma dispone que todas las universidades extranjeras que imparten clases en Hungría tengan un campus en su país de origen. Y la CEU, aunque sus títulos son válidos en EEUU, no lo tiene.GARA