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EH Bildu y E-P critican un Plan de Industria «vacío» y sin ambición

Los principales grupos de la oposición criticaron ayer el Plan de Industria 2017-2020 presentado este martes por la consejera Arantxa Tapia. EH Bildu advirtió de que el PNV «deja claro que sus aliados son el PP y Confebask», y E-P subrayó que el plan es «propaganda».

Los grupos parlamentarios de EH Bildu y Elkarrekin Podemos aseguraron ayer que el Plan de Industria 2017-2020, presentado el martes por la consejera Arantxa Tapia, es un documento «vacio» y carente de ambición.

«Nos encontramos ante un refrito, un remix de propuestas conocidas con anterioridad, y no hay ni una sola idea novedosa o inversión económica nueva que se añada a lo ya conocido», destacó el parlamentario soberanista Iker Casanova, quien advirtió de que el citado plan es «el exponente del total agotamiento de ideas del Gobierno Vasco en el ámbito industrial».

A su juico, «estamos ante un gobierno sin ambiciones, objetivos, ni capacidad de liderazgo, que renuncia de forma premeditada a tener política industrial y que cree que esta la tienen que hacer única y exclusivamente los empresarios». «El PNV deja claro que sus aliados son el PP y Confebask», añadió, e insistió en la necesidad de abordar un nuevo modelo industrial que revise las medidas de apoyo a las empresas, especialmente a las pymes, y que sea socialmente justo, ambientalmente sostenible, tecnológicamente avanzado y territorialmente equilibrado.

En la misma línea se pronunció Jon Hernández, de Elkarrekin Podemos, que advirtió de que el Plan de Industria «es una campaña de propaganda y despiste para no entrar en el debate sobre la necesidad de abordar un cambio de rumbo en la política industrial de este país».

A este respecto, indicó que el documento presentado este martes por Arantxa Tapia «no es ni mucho menos un plan de choque, sino la continuación de lo que ya existe, del Plan de Industrialización 2014-2016, y un resumen del programa marco de empleo y reactivación económica y del acuerdo de gobierno. Eso sí, se presentó muy bien envuelto en un documento de 82 páginas llenas de paja».

Y lamentó que el plan no incluye medidas urgentes para hacer frente a la difícil situación de algunas empresas de renombre, como CNA-Fagor, La Naval o Muebles Xey. «El Gobierno Vasco dispone de recursos financieros de sobra para evitar que estas empresas caigan y, por tanto, evitar que se pierdan miles de puestos de trabajo», manifestó.

Desde el PNV, Luis Javier Telleria respondió a las críticas de las fuerzas de izquierda. «Han optado por lo fácil, por la crítica por la crítica, con independencia de la medidas y proyectos que en este programa se recogen y sin proponer nada concreto más allá de los titulares», remarcó, obviando que PNV y PSE han vetado la celebración de un debate urgente propuesto por EH Bildu sobre el modelo industrial.

Por su parte, Susana Corcuera (PSE) dijo que espera, «más allá de las críticas de urgencia», que los grupos de la oposición realicen aportaciones que sirvan para reforzar el Plan de Industria.

«A la medida de Confebask»

Las críticas al plan también llegaron desde el ámbito sindical. LAB, por ejemplo, afirmó que el documento de Lakua «no es el plan que necesita la industria vasca». A su entender, es un documento redactado «a la medida de Confebask».

Esta opinión choca con la del director de la Cámara de Comercio de Bilbo, José Ángel Corres, que calificó de «gran apuesta» que Lakua quiera lograr que la industria alcance el 25% del PIB de la CAV. No reparó en que en 2016 el peso del sector se fijó en torno al 24% del PIB.