Iratxe FRESNEDA
Investigadora y profesora de Comunicación Audiovisual

La novia del desierto y los corazones palpitando

Insisto, la clave va a estar en los cines pequeños, a contracorriente, surgidos de la artesanía que se rebela contra la guillotina de los tiempos de producción y de rodaje. Sí, ese cine que sobrevive a duras penas pero que suele venir cargado de soluciones creativas como las que han encontrado las directoras Cecilia Atán y Valeria Pivato para “La novia del desierto”. Su proyecto, surgido dentro del contexto de Cine en Construcción del Festival de Cine de Donostia, cuenta la historia de una mujer madura (Paulina García) que ha dedicado su vida a “servir” y cuidar de otros.

Cuando su función acaba, se ve envuelta en una odisea en la que, junto a un vendedor ambulante (Claudio Rissi), descubre el mundo del que hasta el momento se había privado. Esta road movie del desierto está contada con gusto narrativo y una inusual fuerza visual a la que se le perdona cualquier descuido. Cuando los proyectos crecen en libertad, palpitan. “120 battements par minute”, de Robin Campillo, es un relato ficcionado del activismo de los integrantes de Act-Upa de París y de su día a día como afectados por el sida. El guionista y colaborador de Laurent Cantet, a pesar de excederse en el metraje, consigue conmover y trasladar al espectador al Paris de los noventa, donde la falta de interés por parte de las autoridades del momento hacia la enfermedad del sida resulta grotesca. Es interesante la reconstrucción histórica del momento que realiza Campillo usando como eje a una de las organizaciones que luchó por hacer visible la enfermedad y exigir políticas sanitarias, información y prevención pero, sobre todo, la idea que subyace a lo acontecido: la “aniquilación” por omisión de minorías sociales incómodas.