Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Toc Toc»

Un juego teatral que ni ofende ni conciencia

Las adaptaciones de piezas teatrales que ni se molestan en traducir la obra original al lenguaje cinematográfico ya no incomodan a la crítica como antaño, seguramente porque los formatos se confunden, y uno ya no sabe si está viendo una comedia de situación televisiva o teratro filmado. “Toc Toc” es un montaje escénico regular, con una rutinaria reunión de rostros televisivos y una realización bastante limitada. Por ese lado, en nada llama especialmente la atención, así que la función lo fía todo al tratamiento humorístico y desdramatizador de una enfermedad nerviosa y mental cuyo diagnóstico es relativamente reciente.

“Toc Toc” es una comedia tan ligera que no llega a ofender, porque tiene más interés en liar un enredo y terminar resolviéndolo, que en caricaturizar a fondo el problema común a sus seis personajes. La terapia que presenta no deja de ser una mera broma, sin verdadera conexión con la realidad del TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), y la sorpresa que encierra en su desarrollo no pasa de ser el consabido giro para mantener atento al público. Pero la representación del síndrome que sufre el paciente tipo es tan superficial, que el espectador pensará que al fin y al cabo se trata de lo que en lenguaje vulgar llamamos manías o rarezas.

No cabe duda de que supone un atraso, teniendo en cuenta que han pasado dos décadas desde el estreno de “Mejor imposible” (1997), que supo emplear un tono tragicómico para no dejar fuera el lado amargo de esta dolencia. Uno se podía reír con los comportamientos ridículos de Jack Nicholson, pero también compartías su sufrimiento, superado en parte únicamente a través del amor y la comprensión. De esto último falta en “Toc Toc”, que observa a sus sujetos en exclusiva por la vertiente más histriónica de varias manifestaciones externas del TOC: la repetición, el cálculo, la higiene, la simetría, la comprobación y la agresión verbal.