Tengo todos los números comprados para meter la pata con cualquier opinión sobre el procés que se me ocurra, por arriba o por debajo y de izquierda a derecha. El ritmo marcado por la rumba judicial vengadora y la sardana de Puigdemont en su exilio unipersonal, según parece, no lo puedo seguir. Me agota. Me deja catatónico sobrevenido. Voy a hablar de la dura campaña electoral que se ha incrementado o implementado desde que un viernes sucedieron al unísono dos datos políticos que están en estos momentos confrontados. Y todos están hablando sobre suposiciones, rumores, vaticinando actitudes de otros, jaleando posturas intransigentes. Noticias más sostenidas en los hechos y el tiempo: Netflix suspende el rodaje de nuevos episodios de su magnífica serie “House of cars” debido al escándalo generalizado sobre abusos sexuales en las líneas de producción, casting, en Hollywood, que ha provocado una dolorosa, pero oxigenante cascada de confesiones de famosos o menos famosos que fueron abusados, o se les acosó para conseguir trabajos en cine, teatro o televisión. No solamente allí en los USA, sino que parece una perversión muy generalizada en todo el mundo. Y un actor ha salido diciendo que fue abusado siendo menor por Kevin Spacey, protagonista de la serie. No solamente no lo ha negado, ha pedido perdón porque iba borracho y de paso ha salido del armario diciendo que era homosexual.

Todos y todas, somos culpables por silencio de los abusos, violaciones, acosos. Y eso sucede no solamente en los ambientes artísticos o culturales sino en las oficinas, los supermercados y en fábricas o líneas aéreas. Así que menos frivolidad con estos asuntos, y cuidado porque se pueden apuntar por un rato televisivo personajes cuya credibilidad está cuestionada. Y pueden estar diciendo verdad.