Raimundo Fitero
DE REOJO

Puteros

La campaña que lleva por título “Puteros” y que se encarga de definir de manera contundente lo que piensan algunas mujeres de la prostitución, está muy bien realizada, tiene fuerza, las mujeres jóvenes que aparecen lo hacen con convicción y dejan marcado el territorio de su idea sobre el asunto: sin puteros, no habría putas. No parece tan fácil de definir, como dicen en esta campaña que carga sobre el consumidor de sexo de pago la culpa del negocio. En Barcelona, por ejemplo, el dilema está en que unos, entre los que está su alcaldesa, Ada Colau, que acaba de comentar a Jorge Javier su bisexualidad, están por la legalización y otros con partidos variados y asociaciones feministas, por la prohibición absoluta y castigos al consumidor.

La voz popular cuenta que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo. Y saber deslindar lo que es puterío, necesidad, oficio o esclavismo entra en el debate actual. Están tan candente estas disquisiciones, nos coloca ante una disyuntiva tan contaminada de conceptos, que hoy me parece tan difícil este asunto como entender las razones por las que en nuestro mundo se utilizan los antibióticos de una manera tan descerebrada que estamos creando estados de indefensión ante ciertas bacterias.

Me quedé totalmente anonadado ante un magnífico reportaje emitido en esa joya de La 2, “Escarabajo verde”, que nos explicaba cómo se usan de manera incontrolada en la ganadería extensiva, cómo llegan a nuestras hortalizas a través del riego, porque donde mayor concentración de antibióticos hay es en las aguas residuales de nuestras ciudades. Las depuradoras no acaban con ellos. Y eso significa que nos quedamos sin defensas por ese abuso, ya que las bacterias se hacen inmunes. Esto, perdón por el chiste malo y micromachista, me parece que es una gran putada.