Unos 200 manifestantes se enfrentaron en la madrugada del sábado a agentes antidisturbios en Sacramento (California), donde se esperaban nuevas protestas después de que una autopsia independiente de Stephon Clark, el joven negro muer- to a tiros por la Policía el 18 de marzo, contradijera la versión oficial y revelara que recibió ocho disparos, siete de ellos por la espalda y uno en el costado. El estudio indicó que la víctima no recibió ningún tiro frontal.

La Policía atendió a una llamada sobre un hombre que había roto ventanillas de vehículos en un barrio de Sacramento. Los agentes le consideraron sospechoso y le persiguieron. El vídeo grabado por el helicóptero y las cámaras que los policías llevan en el uniforme muestra al joven, de 22 años y con dos hijos, corriendo hacia el patio trasero de casa de sus abuelos, donde vivía. Los policías le gritan que muestre sus manos y vociferan: «¡Arma, arma, arma!». Le dispararon 20 veces. Recibió ocho impactos. Al revisar el cuerpo, solo encontraron un iPhone. La Policía declaró que le dispararon cuando Clark avanzó hacia ellos de manera amenazante.

«La versión de que estaba de frente a los policías es inconsistente con la evidencia forense», dijo el forense Bennet Omalu.

Policía despedido

Por otro lado, el policía que mató el 5 de julio de 2016 a Alton Sterling, un hombre negro desarmado, en Baton Rouge (Luisiana) fue despedido el viernes, mientras que el otro agente implicado será suspendido durante tres días. Son las primeras acciones disciplinarias después de que las autoridades decidieran no presentar cargos.

El despedido, Blane Salamoni, disparó seis veces a Sterling, un suceso grabado en vídeo con un teléfono móvil que provocó una ola de protestas en todo EEUU debido a la brutalidad de los agentes, ambos blancos.

Una grabación difundida ayer muestra que Salamoni insultó a Sterling, le colocó sobre el capó de un coche, le golpeó y apuntó con una pistola en la cabeza, y ordenó a su compañero, Howie Lake, que le diera descargas eléctricas antes de dispararle.