El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, comunicó ayer que la compañía espera cerrar este ejercicio con un beneficio neto de cerca de 3.000 millones de euros, un 7% más que en 2017, y superará los 9.000 millones de beneficio bruto de explotación (ebitda), un 20 % más que en 2017.

Durante su intervención ante la junta general de accionistas, que se reunió en el Euskalduna, Galán hizo referencia a sus diferencias con la gestión de la dirección de Siemens Gamesa, reiterando su compromiso con la defensa de los socios minoritarios de la empresa fusionada. Sobre la supervisión del cierre de la central de Garoña, comentó que el desmantelamiento queda en manos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).

En el exterior, hubo concentraciones de trabajadores con distintas reclamaciones. La de los del sector de Oficinas y Despachos de Bizkaia se enmarcaba en las movilizaciones que vienen realizando para reclamar un convenio digno y que incluyen dos jornadas de huelga para los próximos días 25 y 26. Desde Asturias llegó una delegación para expresar su rechazo al cierre anunciado de la central térmica de Lada.