EDITORIALA
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Decisiones correctas, mejor con transparencia

Con una extraña nocturnidad, a través de filtraciones y sin más confirmación que un pie de página de un discurso del lehendakari Urkullu, Osakidetza ha decidido por fin integrar a Onkologikoa de Donostia en su red de hospitales. De este modo el centro dedicado a la prevención y tratamientos contra el cáncer podrá dar servicio directo a los pacientes de la red pública, sin depender de convenios periódicos. En adelante contará como recurso para la sanidad pública y con los recursos de la misma. Es una muy buena noticia desde el punto de vista de dotar de calidad y medios a la sanidad pública vasca.

Creado en su momento a través de la obra social de Kutxa, la fusión de las cajas de ahorros vascas tapó parte de la mala gestión de esa entidad, pero puso al hospital en serios problemas de viabilidad. Tras la privatización de las cajas de ahorro públicas capitaneada por Mario Fernández, la obra social que había sido gestionada durante décadas en base a un sistema profundamente clientelar quedó en tierra de nadie, y ahí cayeron proyectos estratégicos como Onkologikoa. Los últimos años han sido de inestabilidad y deriva, con serio riesgo de privatización, tal y como han denunciado desde los profesionales de la medicina hasta diferentes sindicatos y partidos. EH Bildu hizo un esfuerzo por intentar dar salida a esta situación cuando gobernaba las instituciones guipuzcoanas, pero ser vetado en los órganos de gobierno de Kutxa y la estrategia de acoso y derribo de PNV y PSE bloquearon esa opción.

En este periodo el Departamento de Salud dirigido por Jon Darpón se ha negado repetidas veces a esta integración, aduciendo razones de tipo organizativo y de servicio. Ahora parece que se ha cambiado esa doctrina, pero se sigue sin saber en base a qué criterios. Sorprende que, en medio del escándalo de las OPE de Osakidetza, no haya una explicación pública sobre un hecho tan relevante y positivo. Al menos una parte del Gobierno de Iñigo Urkullu tiene un problema con la transparencia, incluso cuando lo que tiene que comunicar son decisiones correctas.