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PARÍS

El acoso europeo, liderado por Italia, lleva al Aquarius al atraque definitivo

La Italia de Salvini ha liderado una campaña de desprestigio que obliga a poner punto final al símbolo de las operaciones de salvamento de refugiados-migrantes en el Mediterráneo.

Médicos sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterráneo han anunciado que ponen punto y final a las actividades de rescate del barco humanitario Aquarius, símbolo de las operaciones de salvamento marítimo durante la última crisis migratoria, tras denunciar una «campaña de desprestigio» procedente de varios estados europeos, con Italia a la cabeza.

«Renunciar al Aquarius ha sido una decisión muy difícil», reconoció Fréderic Penard, director de operaciones de SOS Mediterráneo, quien denunció «los incesantes ataques que han sufrido tanto el navío como sus tripulantes».

«Este es un día oscuro», declaró la directora de MSF para Gran Bretaña, Vickie Hawkins. «Europa no solo ha fracasado a la hora de dedicar una fuerza de búsqueda y rescate, sino que también ha saboteado activamente los intentos de otros para salvar vidas», lamentó.

«El final del Aquarius significa más vidas perdidas en el mar; más muertes evitables que quedarán sin testigos ni registro (...) Es un caso claro de ‘ojos que no ven, corazón que no siente’», denunció MSF en un comunicado, en el que recuerda que se da en un momento crítico, cuando se estima que 2.133 personas murieron en el Mediterráneo en 2018, la mayor parte de ellas salidas de Libia.

Buscan otro barco

Tras verse privado hace dos meses de bandera (panameña), el Aquarius llevaba todo ese tiempo varado. La negativa esta semana del Gobierno suizo a que navegase bajo la enseña del país transalpino terminó por forzar el cierre de las operaciones de un barco que en los dos últimos años ha rescatado a más de 30.000 refugiados y migrantes que intentaban llegar a suelo europeo.

No obstante, SOS Mediterráneo ya está explorando opciones para un nuevo barco, «y está considerando seriamente todas las propuestas de los armadores que le permitan continuar su misión de rescate»..

En este sentido, fuentes de las ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) y ProemAid aseguraron que el atunero vasco Aita Mari, transformado en barco de rescate de inmigrantes, no reúne las condiciones para sustituir al Aquarius, entre otras razones, por su menor capacidad y porque no cuenta, como este último, con congelador a bordo, lo que le permitía guardar cadáveres si se producía la muerte de algún pasajero.

Pero pese a que siempre necesitará el apoyo de otras embarcaciones en rescates masivos, indicaron las fuentes, esperan que el barco esté operativo antes de final de año.

Deserciones europeas

El bloqueo que ha llevado al punto y final del símbolo humanitario en el Mediterráneo coincide con las crecientes deserciones de los países europeos respecto a sus compromisos con el drama de la inmigración. En vísperas de la cumbre de la ONU el lunes en Marrakech en torno al Pacto sobre las Migraciones, y después de que Austria, que preside estos meses la UE, de desmarcarse del texto, Letonia hacía lo propio el jueves.

El país báltico se suma así a una larga lista que incluye a Polonia, Hungría, República Checa, Bulgaria, Eslovaquia e Italia. Bélgica vive su enésima crisis de Gobierno por la exigencia de los soberanistas flamencos de desmarcarse del pacto.

No son los únicos (ahí están EEUU y Australia, entre otros). Además, solo 2/3 de los países que lo aplaudieron en julio acudirán a la ciudad marroquí.