Amparo LASHERAS
Periodista

Reivindicar el orgullo

Cuando llega este día, escribir sobre la manifestación en favor de los y las presas políticas vascas supone una exigencia para conmigo misma; una elección, libre e íntima, en la que se mezclan razones políticas y sentimientos sin que se contradigan o se desautoricen entre sí. Explicar el porqué de cada una de ellas o de todas a la vez sería como hacer un ejercicio de existencialismo sobre por qué, en este pueblo, soy lo que soy y somos lo que somos. Y como este texto aspira a ser una columna de apoyo y agitación para secundar la manifestación y no una disertación, les contaré que leyendo el artículo de J. M. Olarra (9-1-2019) me quedé con una frase que me llegó muy adentro: «Traemos el bagaje de un recorrido histórico del que debemos sentirnos profundamente orgullosos... Jamás podremos echar la mirada atrás con vergüenza». Me acordé de los hombres y mujeres, militantes incondicionales, que aún permanecen en prisión y encontré un argumento más para acudir a Bilbo: la reivindicación del orgullo, el orgullo de ser, un sentimiento precioso por ser siempre rebelde y tan subversivo como la libertad. En un reportaje de la televisión francesa sobre Cuba, preguntaban a un joven de La Habana, qué pensaba, en 2018, de Fidel y de los que lucharon con él. «Estamos orgullosos de ellos, no por ganar, sino porque se comprometieron y lucharon».