Gloria LATASA
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Pulsación invernal

Esta complicada semana meteorológica –particularmente en montaña– la empezábamos el lunes con un aviso especial por fenómenos adversos que anunciaba un temporal de nieve, lluvia, viento y mar. El tiempo revuelto iba a afectar al norte y este peninsular, Baleares y zonas marítimas del Cantábrico y Mediterráneo. Una situación que comenzaría el martes y finalizaría el jueves. Para hoy se auguraba una mejora en las condiciones meteorológicas.

En principio, según el “Vocabulario de Términos Meteorológicos y Ciencias Afines” del INM, un temporal puede ser un viento cuya velocidad esté entre 44 y 55 nudos (aproximadamente entre los 80 y 100 k/h; fuerza 10 en la escala Beaufort), una tempestad (perturbación del aire o del mar) o un tiempo de lluvia persistente. En cualquier caso, un tiempo desapacible en el que predomina el viento. Y si le acompaña algún otro elemento como lluvia, nieve u olas, toma de él su apellido.

La situación meteorológica que ha ocasionado este temporal estaba relacionada con la presencia de un anticiclón al oeste de la península, con la llegada sucesiva de frentes fríos –alguno particularmente activo– y con una borrasca situada en el Mediterráneo que se ha ido intensificando con el paso de los días. Todo ello unido a la llegada de una lengua de aire frío en altura procedente de altas latitudes.

En este contexto, se esperaban lluvias que podrían llegar a ser superiores a 150 mm en el norte, nevadas de más de 50 cm en el Pirineo occidental (se han dado tres días seguidos de alerta roja por nevadas en el Pirineo navarro) y la Cordillera Cantábrica, nevadas en cotas bajas (hasta 400 metros), temperaturas en descenso, fuertes vientos y, lógicamente, un considerable aumento de la sensación térmica de frío.

Tras una tregua que podría darse a lo largo del día de hoy y de mañana, parece que a partir del domingo volveremos a tener tiempo revuelto. En este caso, se trataría de un temporal del norte generado por un anticiclón situado al noroeste y una borrasca al noreste que van a «trabajar» juntos para hacernos llegar aire procedente del Polo.