B.Z.
DONOSTIA

La Crida de Puigdemont echa a andar postergando el choque con el PDeCat

La Crida Nacional, el nuevo movimiento impulsado por Carles Puigdemont, Jordi Sànchez y Quim Torra, inició ayer su andadura con un congreso fundacional en el que la plataforma, que de momento funcionará como asociación aunque está ya registrada como partido, aprobó su primera dirección, así como su ponencia política.

La Crida Nacional, el movimiento largamente anunciado por el president exiliado Carles Puigdemont, por el expresident de la ANC Jordi Sànchez y por el actual president, Quim Torra, empezó ayer finalmente su andadura en Barcelona. Lo hizo con un congreso fundacional que puso las bases de una plataforma que de momento funcionará como asociación, aunque la marca está ya registrada también como partido político. Es la fórmula temporal con la que, de momento, se evita la colisión entre la Crida y el PDeCat.

En su congreso del mes de julio, el partido heredero de Convergència aprobó estudiar la manera de confluir con el movimiento abanderado por Puigdemont desde Waterloo, pero conforme han transcurrido los meses se ha hecho evidente la resistencia de varios sectores del PDeCat a diluir la marca en la Crida. De fondo, la línea divisoria cada vez más marcada entre quienes apuestan por echar el freno y tratar de volver al autonomismo convergente y quienes defienden que ya no hay vuelta atrás. Pero todos se necesitan para hacer frente a ERC en las elecciones de mayo, por lo que la decisión de la Crida de no competir en las municipales de mayo ha allanado el camino a postergar la ruptura. Está por ver, sin embargo, qué deciden para las elecciones europeas.

Sànchez presidente

Como presidente, el congreso fundacional eligió ayer a Jordi Sànchez, hoy en día preso y a punto de ser juzgado por el Tribunal Supremo en la causa contra el independentismo catalán. Para el día a día, será el exalcalde de Cerdanyola y exmilitante de ICV Toni Morral el que ejercerá como secretario general, al frente de una dirección en la que aparecen nombres destacados como el de la consellera de Presidència, Elsa Artadi, a quien todas las quinielas sitúan en la candidatura de Quim Forn a la alcaldía de Barcelona. También sobresalen nombres propios como el de la exconsellera del PSC Marina Geli o la del alcalde de Montblanc, Pep Andreu, que sigue militando en ERC.

En cuanto a la ponencia política aprobada sin problemas ayer, la Crida defiende un nuevo referéndum «efectivo y acordado», pero sin renunciar «a ninguna vía pacífica y no violenta para hacer efectiva la declaración de independencia». También dedica buena parte de sus 20 páginas a subrayar la importancia de «la unidad de acción» y «la unidad estratégica» del independentismo. «La confluencia en candidaturas conjuntas de todo el independentismo se sigue mostrando como la mejor de las opciones posibles para conseguir los mejores resultados», se lee en el texto. De hecho, Puigdemont y Sànchez lanzaron el movimiento con la intención de atraer a todo el independentismo hacia candidaturas únicas. Sin embargo, ni la CUP ni ERC han llegado a considerarlo, lo que ha condenado a la Crida a nacer como un nuevo intento por reorganizar el espacio de la antigua Convergència.

Pese a ello, desde Bélgica, Puigdemont sigue alzando la bandera de la unidad, sin la cual ayer aseguró que se verá «alejar la victoria definitiva». El president también reclamó recuperar la actitud que «venció al Estado autoritario el 1-O», algo que ayer quiso bautizar como «actitud Crida». «Si queremos continuar venciendo al Estado autoritario y la represión, incluso ahora que viene un juicio político montado de forma vergonzosa, tenemos que reforzar esa actitud», reivindicó el dirigente exiliado en Waterloo, que lanzó, a través de una videoconferencia retransmitida en una pantalla gigante, una advertencia: «Si renunciamos a esta actitud ganadora, esto solo hará alargar el dolor y la falta de libertades, y el miedo y la represión».