Iñaki LEKUONA
Periodista

No quedan flores

1968 abucheó a los militares y 2018 los llamó a tomar el poder. Es el resumen que una periodista de “Le Figaro” propone para definir el cambio de paradigma que nos ha transportado desde aquel movimiento de justicia social que unió a estudiantes y clase obrera en las calles de París, hasta este regreso al periodo entreguerras donde el antiparlamentarismo echa raíces sin dificultad en una sociedad individualizada y narcotizada por el consumismo y harta de un sistema político de deficiente calidad democrática que no ha resuelto los problemas de una crisis financiera que ha vuelto a beneficiar a los más ricos. Así se entiende que los gilets-jaunes, en lugar de colocar una flor en los fusiles de los antidisturbios, los animen a manifestarse con ellos. Así se entiende que la gran mayoría de los franceses prefiera a sus Fuerzas Armadas frente a sus representantes políticos, a los que tachan de corruptos. Así se entiende que repunte el chauvinismo, y con él la xenofobia, y con ella el racismo, y con él los muros, esos que el sábado llamaron a derribar los que se manifestaron en la muga del Bidasoa en favor de los que huyen de la miseria. Una pobreza alimentada por aquellos a los que servían los militares del 68, que son los mismos que mueven ahora sus intereses en Venezuela como lo llevan haciendo desde hace años en África. No quedan flores para tanto fusil.