Aritz INTXUSTA
IRUÑEA
conclusiones de la comisión de caja navarra

UPN pudo cortar la locura en CAN, punto final de la comisión

El acuerdo programático que echó a UPN tenía entre sus compromisos resucitar la comisión de investigación a Caja Navarra. Miles de documentos y quince comparecencias después (con Yolanda Barcina y, sobre todo, Miguel Sanz como grandes protagonistas) el trabajo ha finalizado. El acuerdo se cumple. El relato queda escrito en 160 páginas.

Si se echa la vista atrás hasta la legislatura pasada y se recuerda a Sergio Sayas bloqueando como presidente la información la llegada de documentos, parece mentira que la comisión de la CAN echara el cierre ayer con esa contundencia. Hubo que echar a UPN del Gobierno y cambiar de presidente de la comisión para conseguir acceso a los miles de documentos internos y judiciales en los que se apoya el documento de conclusiones definitivo, pero se logró.

Las 160 páginas presentadas por los miembros del cuatripartito contienen el relato de una época. Normal, por tanto, que salieran tras un debate bronco. Su conclusión principal es que el Gobierno no cumplió con su deber legal de inspeccionar la entidad y que, de haberlo hecho, habría detectado el deterioro de los activos fruto de distintas apuestas discutibles. UPN pudo hacerlo, debió hacerlo, pero no lo hizo. Y esta realidad se acompaña por el relato de una entidad que se dedicó a regar con dietas a los líderes políticos. En la discusión de ayer apareció varias veces la cifra com los emolumentos de Miguel Sanz en 2010: sumó 104.013 euros en dietas. Bastante más que lo que percibía como presidente del Gobierno navarro (su sueldo ese año fue de 75.395 euros).

Koldo Martínez, Geroa Bai, acertó a la hora de describir la gestión de Enrique Goñi como «megalómana». Y más cuando añadió que se permitió decisiones arriesgadas pues «disparaba con pólvora del rey». No era su dinero y nadie le iba a pedir responsabilidades, porque el Gobierno nunca cumplió con su deber de inspección. Hasta el PSN, que se comportó como el escudero leal de Goñi, admitió que el Ejecutivo navarro debería haber realizado a la entidad al menos tres due diligences (tasaciones) para afrontar el proceso de fusiones frías.

Arantxa Izurdiaga, de EH Bildu, rescató para sus argumentos finales una frase del exdirector Manuel López Merino para explicar cómo la CAN se dedicó a mantener «a todas las personas que tenían y tienen poder e influencia en Navarra convenientemente remuneradas para no alborotar el gallinero». La parlamentaria puso nombre a estos «estamentos del régimen» bien remunerados: UPN, PSN, CEN, UGT y CCOO.

Izurdiaga recordó que en la CAN se duplicaban los salarios mientras en Nafarroa se exigía «un esfuerzo a la ciudadanía» y se acometían recortes históricos en el gasto público. Es por ello, explicó, que la ciudadanía se indignó. En este sentido, defendió la labor de Kontuz (asociación de la que fue abogada) recordando que buena parte de la información que ha manejado la comisión de investigación se ha conseguido de los sumarios que se abrieron gracias a las denuncias de Kontuz.

Tere Sáez, de Podemos, siguió denunciando la opacidad que ha caracterizado toda la labor de investigación. Y Marisa de Simón, de I-E, remarcó que solo mediante la ocultación pudo la Caja embarcarse en operaciones «extremadamente arriesgadas» que acabaron destrozando su solvencia.

La caja, toda una Juana de Arco

Luis Zarraluqui, representante de UPN, lo negó todo. La gestión de CAN no fue solo maravillosa, sino que todo es una caza de brujas donde la caja se revela «como una Juana de Arco montada en un caballo blanco». Así de a gusto se quedó el comisionado, tras llamar al «cuadrilla farisaica» a los demás.

El enfado de Zarraluqui resulta más comprensible si se atiende al detalle de que una de las operaciones citadas en el informe le salpica directamente. Él fue directivo de la empresa de Miguel Rico cuyos terrenos en Zizur la caja compró por varias veces su valor. Como se fue muy pronto, no escuchó a Martínez e Izurdiaga ahondar en el tema.

Guzmán Garmendia, del PSN y socio de Goñi en el lobby Cociudadana, no podía entender por qué ese «ensañamiento» con Goñi, que solo es un gestor. Acusó a los demás de ser «poco elegantes» con el exdirector.

Javier García, del PP, no aportó nada al debate. Solo insultos. Santiago Cervera era otra cosa.

 

Zarraluqui abandona la comisión para poder cobrar su doble dieta

El comisionado de UPN Luis Zarraluqui se ausentó diciendo que ya defendería las conclusiones de su partido el jueves en el pleno. Acto seguido, se levantó del sillón y cruzó toda la sala para entrar en la contigua, donde se celebraba una comparecencia de fisioterapeutas explicando su postura de cara a la Ley de Profesionales del Deporte.

Zarraluqui es un parlamentario que no tiene dedicación exclusiva y cobra vía dietas. Y para poder cobrarlas necesita justificar su presencia en las distintas comisiones de las que es miembro. En su despedida, aseguró que tenía una intervención ineludible en la comisión de Cultura y Deporte. Y, ciertamente, intervino, pero no fue muy técnico que se diga. Contó que él es «practicante de deporte organizado», que es partidario de «poca pastilla y mucha zapatilla» y también que su suegro tenía un dicho que era «poca siesta, poco plato y mucho zapato». En total, su intervención duró 3 minutos y 24 segundos. Parece que UPN sigue sin entender por qué ciertas dietas suponen un escándalo.A. I.