EDITORIALA

Juventud concienciada por el futuro del mundo

Para este próximo viernes hay convocada una huelga mundial por el futuro del planeta (#strikeforfuture). Una movilización a la que están llamados jóvenes de todo el mundo para que se manifiesten en defensa de la Tierra y contra el cambio climático. Una protesta para exigir, entre otras cosas, que se tomen medidas para ahorrar energía, para reducir la producción de residuos, para conservar la biodiversidad y para fomentar una movilidad más sostenible.

A primera vista este movimiento juvenil puede parecer un poco naif, la expresión de una simplicidad e impaciencia propia de unos jóvenes que no alcanzan a ver y a calibrar todas las dificultades y consecuencias de sus demandas. Tal vez haya algo de ingenuo en este movimiento, sin embargo, en sus discursos se observa un análisis certero y un enfado sobradamente justificado con la clase política que se ha apropiado de la terminología medioambiental, pero que no hace nada más allá de repetir los conceptos de un lenguaje políticamente correcto. Eso cuando las decisiones políticas no entran en flagrante contradicción con los objetivos enunciados. En Euskal Herria no faltan ejemplos de proyectos políticos convenientemente vestidos con discursos ambientalistas que no hacen sino acelerar el cambio climático. Así, continúan enterrándose millones de euros en el TAV y en otras infraestructuras viarias, al tiempo que se proponen reducciones en los servicios de transporte público; o se construye en Gipuzkoa una nueva incineradora en contra de todos los criterios de sostenibilidad aprobados por la instituciones europeas.

Parece que la juventud se ha cansado de tanta demagogia de la clase política y ha decidido pasar a la acción, movilizarse y presionar por cambios que aseguren el futuro, el suyo y el del mundo. Y lo hace, además, subrayando el carácter elitista y desigual del actual estado de las cosas. Y es que el motor del cambio climático es un modelo socioeconómico depredador que concentra la riqueza en unas pocas manos al tiempo que destruye el mundo.