Juan Mari Feliu Dord
KOLABORAZIOA

Artajo y Asurmendi, 50 años después

El día 6 abril de 1969 fallecieron los jóvenes Alberto Asurmendi y Jokin Artajo, cuando preparaban una acción armada contra símbolos de franquismo, siendo miembros de EGI (Euzko Gaztedi) del PNV. Su muerte fortuita llevó a la detención y a la cárcel de cinco compañeros y otros cuatro tuvieron que buscar refugio en Ipar Euskal Herria.

Los compañeros y compañeras de Alberto y Jokin siempre les hemos recordado en esta dolorosa fecha, tras compartir la misma lucha pese a la persecución, las detenciones, la cárcel y el exilio. Más tarde, al amparo de la Ley de Amnistía General de octubre de 1977, todos y todas quedamos exonerados, aunque no reconocidos como luchadores por la democracia y contra la implacable dictadura. Unos y otras regresamos a casa desde las cárceles o del exilio y con todo esto empezó la llamada «transición a la democracia», un apaño realizado entre los franquistas y los llamados partidos democráticos.

En este lapso de tiempo al amparo de la Constitución del 78, se han cumplido 40 años de una supuesta democracia, se han dado todo tipo de impedimentos para realizar un merecido acto de recuerdo por parte de sus familiares y amistades. Los informes policiales que no se ajustan a la realidad han sido variopintos, siempre con la excusa de que eran de ETA. Quisiera recordar por enésima vez que ambos compañeros fueron reconocidos por el propio PNV tras su muerte, como miembros de Euzko Gaztedi, se ocuparon de que fueran enterrados en una tumba digna en el cementerio de Iruñea y publicó en la revista clandestina “Gudari”, del PNV, una canción dedicada a ellos. Pero la anterior delegada del Gobierno del PP, pese a estos argumentos, a la Ley de Amnistía General de 1977, de la que tuvieron todo derecho Alberto y Jokin, en los últimos años se ha impedido el recuerdo de su lucha por la democracia y contra la feroz dictadura franquista.

Tanto Alberto como Jokin vinieron juntamente con otros jóvenes a las filas de Euzko Gaztedi, procedentes de la sede carlista de la Plaza del Castillo. Era en primavera de 1967 cuando un puñado de jóvenes de Euzko Gaztedi nos reunimos bajo el Monumento a los Fueros, frente a la Diputación, con motivo de un artículo publicado en el diario “ABC” contra los derechos forales de Navarra. Aquellos jóvenes de Euzko Gaztedi, en desagravio al citado periódico y al ministro franquista de Información Fraga Iribarne, escalamos el Monumento a los Fueros para depositar ramos de flores hasta lo más alto posible. Con esta espectacular acción empezó aquella amistad que tuvo tan breve recorrido y que siempre, unidos a sus familias les recordaremos.