Iñaki TELLERIA
LIGA DE CAMPEONES

Jornada de gloria para el Liverpool

El Barcelona vive otra noche infernal como la de hace un año en Roma y se queda sin final. El cuarto gol fue el remate que les humilló.

LIVERPOOL 4

BARCELONA 0


El Barcelona vivió en Liverpool la misma noche de pánico, o peor, que hace un año en Roma cuando el equipo italiano le dejó sin semifinales. Ayer, en Anfield Road, el equipo culé salió humillado por quienes pusieron más ganas de clasificarse. Para mayor bochorno, o como muestra, el cuarto gol que pilló dormidos a todos sus jugadores.

Desastre de connotaciones bíblicas para el Barcelona y jornada épica para el Liverpool. En la final de Madrid estará el equipo inglés que fue quien, a pesar de sus importantes bajas, puso el fútbol, las ganas y el tesón. El Barcelona fue una calamidad, con unos jugadores apáticos y un entrenador que volvió a dejarse llevar por sus miedos. Tantas medidas de seguridad volvieron a dejarle sin título.

De salida, Valverde apostó por el equipo que más le gusta con Vidal en lugar de Arthur y Coutinho por Dembélé –éste lesionado–, porque los elegidos defienden algo más que los otros dos. Por su parte, Klopp bastante tuvo con poder recurrir a Mané arriba y a Van Dijk abajo. De perdidos, al río, dijo el Liverpool y salió a la heroica, empujado por una grada enfervorecida. La entente equipo-afición dió sus frutos y, tras un error conjunto de la defensa del Barcelona, los locales marcaron en el minuto 6. Había eliminatoria. Pero ¿seguro que la había? Pues sí, sí que la ha hubo. La emoción duró primero hasta el descanso y luego mucho más porque el cuarto de hora para pensar no le sirvió a la plantilla del Barcelona para dejar en las taquillas la caraja que arrastraba.

Así, Wijnaldum en dos minutos, igualó las semifinales y sembró el pánico en las filas culés. También en Valverde que apretó más el culo atrás dando entrada a Semedo en lugar de Coutinho. ¡Vaya negocio que hizo el Barcelona con Coutinho!

Pero el Liverpool ya estaba desatado, corría cuesta abajo y sin frenos. Para colmo, en un despiste colosal de todo el equipo barcelonista, llegó el 4-0 tras un córner en el que ningún jugador culé miraba el balón. Ruina y épica en Anfield Road.