En este país pintamos más de lo que algunos creen
Para tratarse de una nación diminuta, Euskal Herria ha logrado ser puntera en diferentes actividades. En el arte, sin llegar a ser una potencia, ha producido un gran plantel de artistas que han proyectado una visión propia del mundo. Marcados por la guerra, por la dictadura franquista y por el conflicto político, los artistas vascos han afrontado esas visiones de maneras muy diversas, pero con una dialéctica común que enriquece al país. Dibujan o esculpen su mejor versión.
Desde su nacimiento, GARA ha querido representar esa riqueza creativa. Oteiza en la creación del periódico; Gorriti, Zumeta y Basterretxea en torno a la memoria histórica y el bombardeo de Gernika; Jauregi en la histórica jornada del desarme de ETA en Baiona… diferentes artistas han colaborado con nuestros medios. El arte siempre ha servido para acompañar nuestro relato periodístico y elevarlo a otro nivel. En parte porque varias características del arte, como la necesidad de representar un momento histórico o reflejar una visión del mundo –la voluntad de trascender, al fin y al cabo– no son ajenas al periodismo. Querer influir en una época, ir más allá, es parte de este oficio.
Equilibrando versiones parciales o falsas, ofreciendo temas o perspectivas diferentes, experimentando en medios y formatos. Pensando en el país y sus gentes, siempre desde el periodismo, intentamos ofrecer a diario productos de calidad que formen una opinión más fundamentada y crítica, así como una visión más veraz sobre nuestro pueblo. Sin GARA el debate público vasco sería más desequilibrado, más parcial, menos rico.
A menudo, las autoridades españolas intentan restar colores a nuestra paleta. El expolio contra GARA es parte de la voluntad de empobrecernos y humillarnos. Por ello adquiere especial relevancia la iniciativa ARTEA GARA, en la que nueve artistas aportan sus obras para hacer frente a la injusta deuda endosada a este diario.
Nuestro pueblo no se puede permitir el lujo de la arrogancia, pero no debería menospreciar aquello que hace bien y por lo que es reconocido internacionalmente. La labor de estos artistas y de muchos otros y otras que nos proyectan en el mundo es una de esas cosas. La solidaridad que demuestran hoy aportando sus obras para proteger a GARA es un valor que debería seguir siendo central para la sociedad vasca. Mientras sostenga estos elementos, nuestro pueblo será invencible; no necesariamente ganador, pero sí invencible.