Raimundo Fitero
DE REOJO

Fiambrera

Hay palabras en desuso y fiambrera parece hoy en día un arcaísmo, cuando se podría utilizar de manera correcta en muchas ocasiones que ponemos nuestros alimentos en plásticos sospechosos para ir al trabajo con ellos, al campo o a compartirla con arena en la playa. Comer es un placer. Comer es un rito. Comer es una necesidad. La cocina posmoderna, la casera, la de menú o la de carta y tarjeta oro cumple los mismos objetivos: alimentar. Aunque para muchos la idea de ir a un restaurante sea un acto de entretenimiento, de posicionamiento social para después contar a los amigos.

Pero Alberto Chicote está con una serie en La Sexta cuyo título ya señala. “¿Te lo vas a comer?” y va por residencias de ancianos, guarderías, comedores estudiantiles o incluso a ranchos cuarteleros para irse encontrando con situaciones que son directamente estafas y atentados a la salud pública. La palabra clave es «externalización». Todo viene de fuera, siempre hay una coartada perfecta porque se ha otorgado la concesión después de una convocatoria pública, con unos pliegos que parecen detallar correctamente lo que deben proporcionar, pero que después, no se cumple. O se rebaja la calidad de lo ofrecido. 

Un círculo vicioso: se concede a una empresa, la que haya hecho la oferta más barata y los responsables políticos y funcionariales se desentienden. Cada vez que Chicote llama a un responsable sucede lo mismo. No tienen noticias de quejas. Pero los usuarios han denunciado de diversas formas su desacuerdo. No pasa nada. Como mucho, en los días siguiente a la movida se mejora algo, pero a la semana se vuelve a situaciones realmente penosas, asquerosas, que yo diría rozan con el Código Penal además del administrativo. Hay fotos vomitivas. Mejor llevarse la fiambrera de casa.