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El sector manufacturero tira de la eurozona hacia una ligera recesión

El PMI (siglas en inglés para «índice de gestores de compras») es un indicador utilizado para reflejar la coyuntura macroeconómica. En el caso del PMI de la eurozona, se realiza en base a una encuesta mensual entre empresas representativas. Con los datos de julio, refleja una «creciente preocupación» sobre la evolución del sector industrial.

El crecimiento de la actividad del sector privado de la zona euro ha sufrido una recaída en julio por el empeoramiento de la recesión del sector manufacturero, que ha registrado su peor dato en seis años y medio, lo que sugiere una ralentización al 0,1% del ritmo de expansión del PIB de la eurozona en el tercer trimestre, frente al 0,2% previsto entre abril y junio.

«El crecimiento económico de la zona euro tuvo una recaída en julio y, en lugar de la expansión observada en mayo y junio, el índice PMI ha señalado una de las expansiones más débiles de los seis últimos años», comentó ayer para Europa Press Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, anticipando que el ritmo de crecimiento del PIB «parece que se debilitará frente a la tasa del 0,2% indicada para el segundo trimestre».

La lectura preliminar del índice de gerentes de compras (PMI) del sector manufacturero de la eurozona ha caído en julio a 46,4 puntos desde los 47,6 de junio, registrando su nivel más bajo de los últimos 79 meses, mientras que el dato del sector servicios ha empeorado a 53,3, frente a los 53,6 de junio, su menor impulso de crecimiento de los dos últimos meses.

De este modo, el dato preliminar del índice compuesto se ha situado en julio en 51,5 puntos desde los 52,2 del mes anterior, su nivel más bajo en tres meses.

Bajan los pedidos y el empleo

El mes pasado, el crecimiento en general de los nuevos pedidos se ralentizó casi hasta paralizarse, presentando su nivel más bajo de los últimos cinco meses. Las exportaciones siguieron siendo un factor importante de debilidad, con el descenso más intenso registrado desde noviembre de 2011 en el sector manufacturero y un ritmo algo más débil en servicios.

Las expectativas de las firmas encuestadas respecto de la actividad futura alcanzaron su mínima desde octubre de 2014.

Las empresas redujeron su contratación de empleados en respuesta al deterioro de las perspectivas y a la situación de las carteras de pedidos, por lo que la creación de empleo indicó su menor crecimiento en los últimos treinta y cuatro meses.

En el sector manufacturero, el empleo bajó por tercer mes consecutivo, registrando la mayor tasa de destrucción de puestos desde junio de 2013, mientras que las firmas del sector servicios informaron del menor ritmo de creación de empleo de los cuatro últimos meses.

Desaceleración automotriz

«El sector manufacturero ha pasado a ser un motivo creciente de preocupación», indicó Williamson, apuntando como factores que favorecen al descenso de la actividad a las preocupaciones geopolíticas, el Brexit, las crecientes fricciones comerciales y, en particular, el deterioro cada vez mayor del rendimiento del sector automotriz.

En este sentido, advirtió de que Alemania se ha visto especialmente afectada por las desaceleraciones en el sector manufacturero y automotriz, y por ello corre el riesgo de que su PIB se contraiga levemente en el tercer trimestre, mientras que en el Estado francés el crecimiento probablemente se atenuará del 0,3% al 0,25%.

«Debido a la ralentización del crecimiento, el debilitamiento de la creación de empleo y la intensa caída de las presiones de los precios en comparación con los primeros meses del año, la encuesta añadirá un renovado impulso a las peticiones de un estímulo más agresivo del Banco Central Europeo», concluyó.

 

Lakua prevé un crecimiento anual del 2,3%

De confirmarse la recaudación prevista, el Gobierno de Lakua prevé cerrar 2019 con un ligero superávit del 0,2% del PIB y un crecimiento de la economía de la CAV del 2,3%, una décima más de lo que había previsto anteriormente.

En la presentación del informe anual correspondiente a 2018, el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, defendió la necesidad de mantener la presión fiscal respecto al PIB en este momento de crecimiento, «aunque eso no quiere decir que no se puedan bajar algunos impuestos», y aclaró que el Ejecutivo «no cierra la puerta a hablar de la propuesta del PP sobre rebajar el IRPF». No obstante, incidió en que «bajar la recaudación de una manera sustancial en relación al PIB, es políticamente muy poco defendible».

«Las incertidumbres que se apoderaron de la economía mundial en 2018 han remitido algo en 2019» y, en este contexto, la economía de la CAV volverá a crecer y este año lo hará por encima de un «notable» 2% del PIB, auguró. GARA