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El Estado Islámico provoca una matanza en una boda de la minoría hazara en Kabul

El Estado Islámico llevó a cabo otra matanza contra la comunidad chií hazara de Afganistán, con un atentado suicida en la celebración de una boda a la que asistían cientos de personas en Kabul. Al menos 63 murieron y más de 180 resultaron heridas.

El Estado Islámico (ISIS) reivindicó la autoría del atentado suicida que causó 63 muertos y 182 heridos en un salón de bodas de Kabul, en la noche del sábado. El ISIS explicó que primero se inmoló un atacante suicida, identificado como Abu Asem al Pakistani, y posteriormente explotó un coche bomba.

El grupo yihadista detalló que el objetivo de la acción fue «una gran concentración de los renegados politeístas», en referencia a la minoría chií del país, a menudo blanco de ataques sectarios de los yihadistas, especialmente la comunidad hazara fiel a esa rama del islam.

También difundió una presunta fotografía de Al Pakistani con el sello del ISIS-Jorasan (rama afgana del grupo), en la que aparece con la cara cubierta, un chaleco cargado de explosivos y levantando un fusil de asalto.

Hacia las 22.40 del sábado (hora local), un atacante suicida hizo detonar los explosivos que portaba en una sala de bodas en la que se congregaban cientos de personas.

La bodas en Afganistán son eventos multitudinarios, con centenares e incluso miles de invitados celebrando juntos el casamiento en salas de dimensiones industriales, donde los hombres generalmente están separados de mujeres y niños.

Según un participante, entrevistado por la televisión local, el enlace contó con unos 1.200 invitados.

«Nunca volveré a ser feliz»

Mohamad Farhag, una de las personas presentes en la boda, dijo que se encontraba en el área reservada a las mujeres cuando oyó una gigantesca explosión en la zona masculina.

«Todo el mundo corrió hacia fuera gritando y llorando», explicó a la AFP. «Durante unos 20 minutos la sala permaneció llena de humo. Casi todo el mundo en la sección de hombres estaba muerto o herido», agregó, asegurando que dos horas después del ataque continuaban retirando cuerpos de la sala.

«Cambiaron mi felicidad a dolor, perdí a mi hermano, mis amigos, mi familia ... nunca volveré a ser feliz», dijo el novio, llamado Mirwais, a la televisión local. «Ayer por la tarde, los invitados vinieron a mi boda con caras sonrientes, por la noche, sacamos sus cuerpos de la sala» lamentó, indicando que su esposa «no deja de desmayarse».

Al amanecer, en la sala de fiestas, que tenía los cristales de las ventanas rotos y el techo hundido por la fuerza del estallido, el suelo presentaba manchas de sangre, mientras en la entrada se amontonaban zapatos perdidos en el pánico.

Dolor e ira

A continuación se celebraron los funerales en los cementerios de la ciudad, donde los familiares, además de su dolor expresaron el enfado por el desamparo que sufre la minoría chií del país por parte del Estado afgano frente a los ataques yihadistas.

El padre de la novia, Mohammad Ghulam, ha perdido a 14 miembros de su familia, incluidos hijos y sobrinos. «Todo esto es culpa del Gobierno. No hay Estado Islámico. Es obra del Gobierno», reprochó en declaraciones a la televisión afgana Tolo News. Otro familiar de la novia, Ahmad Yawad, relató que ha perdido a dos hijos, de 11 y 15 años. «¿Cuál era el pecado de mis hijos? Espero que el presidente tenga el mismo destino. Ahora mismo está celebrando la festividad de la independencia», criticó.

Seis miembros de otra familia, entre ellos cuatro niños, fueron enterrados en el barrio de Qala e Bajtyar de Kabul. El más joven de los fallecidos tenía seis años. «Mis dos hermanos y cuatro sobrinos han muerto», denunció Ahmad Fawad. «Mi hijo tenía 17 años. Alá sabe el gran dolor que sentimos», lamentaba Mohammad Reza Qurbani cuyo hijo trabajaba como camarero en el salón de bodas. .

El atentado se produce mientras se espera que los talibanes, que se desmarcaron rápidamente del ataque, y Estados Unidos firmen pronto un acuerdo de paz. La formación insurgente afirmó el pasado martes que la elaboración del acuerdo «ha terminado», aunque anotaron que aún se deberán reunir tras unas consultas finales y la firma de ese documento se hará ante garantes internacionales.

Pero algunos analistas creen que el ISIS, que todavía mantiene su bastión en la provincia oriental de Nangarhar, puede poner en jaque la estabilidad en toda la región.

Otros atentados

Desde que irrumpió en Afganistán en 2015 y estableció su bastión en la provincia oriental de Nangarhar, las fuerzas afganas aseveraron en diversas ocasiones que habían acabado con la presencia del ISIS en el país, pero los yihadistas continúan atribuyéndose algunos de los atentados más sangrientos, sobre todo contra la comunidad chií.

Como el del 22 de abril del año pasado, en el que mató a 60 personas e hirió a 119 en el ataque a un centro de registro para las elecciones en un barrio de la capital de mayoría chíí. año pasado. El 20 de noviembre un atentado suicida no reivindicado acabó con la vida de al menos 55 personas e hirió a más de 94 en Kabul durante una concentración religiosa.