EDITORIALA
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Esperpento fiscal para la precampaña electoral

El mismo día que la Comisión de Lucha contra el Fraude explicaba en el Parlamento de Gasteiz el sistema que implantarán para evitar que los tenderos manipulen la caja, mientras criticaban las campañas de «días sin IVA» porque no facilitan la conciencia social sobre el papel de los impuestos, el esperpento fiscal organizado en Bizkaia daba un nuevo giro, que no por esperado deja de sorprender. PNV y PSE acordaban retirar el cambio en las rentas irregulares decidido a escondidas durante la Aste Nagusia para aprobar un nuevo régimen fiscal que atraiga «inversores», basado en la idea original de atraer a los tiburones de las finanzas que huyen del Brexit.

Un glorioso final que se traduce en un acuerdo para abrir una nueva vía, más elegante, a la elusión fiscal de los más ricos, mientras los funcionarios se devanan los sesos con las cajas registradoras de los autónomos. Desastroso ejemplo y flaco favor a la conciencia fiscal. Pero el episodio ha mostrado muchas más cosas. Ha evidenciado que en la coalición PNV-PSE los jeltzales hacen lo que quieren, sin dar siquiera una explicación a sus socios. ¡Como para que la ciudadanía espere transparencia! También dice mucho de la capacidad de liderazgo que ni el diputado general ni el de Hacienda hayan tenido arrestos para dar la cara y hayan delegando la gestión de la crisis en el partido. De otro lado, la polémica ha mostrado a un PSE cómodo en su papel de muletilla, que ni siquiera se lee los papeles que les entrega el PNV por obligación. Si no es así, y si los leyeron y sin entenderlos dieron el visto bueno, es que son unos irresponsables. Las bases progresistas del PSE no se merecen una estructura cada vez más apoltronada y liberal, que impide cualquier alternativa que dé cauce a los valores de izquierda mayoritarios en la sociedad vasca.

La crisis y su desenlace apuntan otra lectura: todo parece indicar que existía un acuerdo sobre el fondo del asunto, pero las discrepancias formales han servido a ambos partidos para intentar marcar un perfil propio y diferenciado de cara a las campañas electorales que se avecinan.