GARA
MADRID

Exbanqueros acusan al BCE de «intentar proteger a gobiernos muy endeudados»

Seis exbanqueros centrales consideran que el BCE está alimentando una nueva crisis con medidas como el último paquete de estímulos aprobado, que incluye la reanudación de la compra de activos. «El BCE ha entrado en el territorio de la financiación monetaria del gasto de los gobiernos», indican en una carta.

Aumentan las voces críticas con la política del BCE. A los presidentes de los bancos centrales de Alemania, Austria, Países Bajos y de Francia se suman ahora los exmiembros del BCE Ottmar Issing y Juergen Stark, que formaron parte del Comité Ejecutivo de la autoridad entre 1998 y 2006 y 2006 y 2011, respectivamente; así como el exgobernador del banco central de Austria Klaus Liebscher, el expresidente del Bundesbank Helmut Schlesinger, el exgobernador del banco central de Países Bajos Nout Wellink y el antiguo subgobernador del Banco de Francia Herve Hannoun. Los seis firman una carta remitida a la prensa en la que ponen en tela de juicio la política de la institución.

El cuestionamiento parte ya de la propia definición de estabilidad, concepto que «ha alterado de facto» al considerar que «una tasa de inflación del 1,5% es inaceptable». Aseguran que en 1998 se definió como estabilidad de precios que la inflación anual de la eurozona estuviera por debajo del 2%.

«Diagnóstico erróneo»

También muestran su oposición a la decisión del BCE de situar el tipo de interés de facilidad de depósito en territorio negativo desde hace cinco años. «El BCE justificó en 2014 su política ultraexpansiva, esencialmente, por la amenaza de la deflación. Sin embargo, nunca ha habido un peligro real de una espiral deflacionaria».

Sentencian, así, que «la política monetaria del BCE, por tanto, está basada en el diagnóstico erróneo».

Los exbanqueros consideran que, después de tantos años de compras de activos, no generará ningún efecto positivo el reinicio de las compras netas. Al contrario, creen que alimenta una nueva crisis, ya que «aumenta artificialmente el precio de los activos» hasta un nivel que«amenaza con resultar en una corrección abrupta del mercado o incluso una crisis profunda». Alertan, además, sobre otra motivación: «La sospecha de que detrás de esta medida subyace un intento de proteger a gobiernos altamente endeudados de una subida de los tipos de interés se está viendo cada vez más fundada».

Concluyen, por ello, que el BCE «ha entrado en el territorio de la financiación monetaria del gasto de los gobiernos, lo que está estrictamente prohibido por el Tratado [de la UE]».

Este pronunciamiento público ahonda en las críticas que se intensificaron a mediados de setiembre, tras los nuevos estímulos aprobados. Poco más de diez días después del anuncio de ese paquete, la alemana Sabine Lautenschläger decidió dimitir de su cargo en el Comité Ejecutivo del BCE sin dar ninguna explicación. Era una de las voces críticas dentro del organismo. «Me preocupa fijar incentivos equivocados a los gobiernos si reiniciamos el programa de compra de activos y adquirimos más bonos soberanos», dijo un par de semanas antes de la aprobación de los nuevos estímulos.