Raimundo Fitero
DE REOJO

Sus guerras

No era nada lo del ojo y lo llevaba en la mano. Cuatro personas han perdido un ojo esta pasada semana en las manifestaciones catalanas. Dicen los partes médicos que son heridas que pueden ser producidas por pelotas de goma. Y si no son pelotas de goma, será porque se les cagó el aguilucho de algunas banderas. Los detenidos e ingresados en prisión son veintiocho, según algunas fuentes y todos con cargos de muy alto coste penal. Ninguno es un facha con iconografía nazi obvia que majaban a palos a manifestantes pacíficos. El ejercicio de la violencia es una exclusividad del Estado y esos cafres que actúan protegidos deben ser parte de este.

Son las guerras de nuestros días o para ajustarse a la noticia de ahora mismo, es lo que dice el presidente de Chile Sebastián Piñera Echenique, cuando declara que están en «una guerra contra un enemigo poderoso e implacable». De momento ese enemigo tan poderoso ya ha puesto diez muertos, ninguno de los carabineros y los cuerpos de ejército. No es la subida del metro, son muchas cosas aplazadas, como una constitución de 1980, es decir pinochetista que ahoga y coarta y unas medidas económicas de esta extrema derecha encorbatada tan neoliberal que asfixia a las clases populares. Paradojas: carabineros y soldados, son clases populares también, pero al servicio de las clases dirigentes que los mandan a reprimir a los suyos.

Evo Morales en Bolivia debe ir a una segunda vuelta. Va a tener que luchar contra un contrincante que cuenta con el apoyo de todos los gobiernos de la derecha más dura recién instaurada en la zona. El plan general se va cumpliendo. Nos queda una remota posibilidad el próximo domingo para que Fernández y Fernández desplacen de la Casa Rosada a ese Macri demacrado que ha llevado al pueblo argentino a la desesperación.