El Ejército sirio y las fuerzas turcas están librando fuertes enfrentamientos en la zona Serekaniye, en la provincia de Hassaka, según la agencia de noticias oficial SANA.

La agencia aseguró inicialmente que mercenarios al servicio de Turquía habían atacado la localidad de Tal Ward, bombardeando con artillería viviendas civiles. La tensión habría llegado a fuertes choques entre fuerzas sirias y turcas en la zona, de la que tuvieron que salir las fuerzas kurdo sirias de las FDS por la invasión de Ankara.

Damasco, que considera este despliegue turco y de sus aliados una intromisión en su soberanía, avanzó entonces para hacerse con el control de la zona.

A su vez, Rusia, principal valedor del Gobierno sirio, que pactó con Turquía el repliegue de los milicianos kurdos, acordó también el inicio de patrullas conjuntas con fuerzas turcas en zonas cercanas en la frontera. Las patrullas comenzarán hoy, y Moscú ha certificado a Ankara el repliegue kurdo.

Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que dicha retirada aún no es completa, con lo que deja la puerta abierta a acentuar los ataques que no han llegado a cesar del todo.

Mientras, el Ejecutivo sirio y la oposición del país se sentaron ayer frente a frente en la sede de la ONU en Ginebra con el fin de allanar el camino para la reconciliación tras ocho años de guerra. En un ambiente tenso, la reunión que dio inicio a este nuevo proceso comenzó con reproches. El Gobierno sirio condenó la ocupación de su territorio y la oposición reclamó justicia y paz. Un comité constitucional de 150 miembros tiene como cometido preparar la reforma política y la celebración de elecciones.